Ñemboja digital MODULO 6 - Semana 5
8. ASCENSOS, TRANSFERENCIAS, DESCENSOS Y DESPIDOS
8.3. MEDIDAS DISCIPLINARIAS, DESCENSOS Y DESPIDOS
En general, las medidas disciplinarias se
aplican cuando un empleado infringe la política de la compañía o no cumple con
las expectativas laborales y los gerentes deben tomar medidas para remediar la
situación. Por regla general, las medidas disciplinarias pasan por una serie de
pasos -advertencia, castigo, separación provisional, suspensión, transferencia
disciplinaria, descenso y despido-, hasta que el problema queda resuelto o
suprimido. Quizá se pida a los gerentes ineficientes que se capaciten o se preparen
más, otros pueden ser "ascendidos" a un puesto con un nombramiento
más impresionante, pero con menos responsabilidad. Si el descenso o la
transferencia no son viables, el despido suele ser más aconsejable que permitir
que una persona que no obtiene buenos resultados continúe en el trabajo. No
importa cuán dolorosa sea la decisión de despedir a una persona, la lógica de
la planificación de los recursos humanos requiere, con frecuencia, que ésta se
tome.
Union Carbide ha abordado las medidas
disciplinarias aplicando una medida alternativa que se conoce como
"disciplina positiva". Cuando se presentan problemas en el trabajo,
el supervisor se enfrenta al empleado. Aunque los incidentes ulteriores se
abordan cada vez con más severidad, la sanción no es la respuesta inicial. Por
ejemplo, la primera vez que ocurre un incidente, quizá se pida al empleado que
se tome un día (con goce de sueldo) para meditar en lo ocurrido. Por otra
parte, la disciplina positiva fomenta el reconocimiento de los resultados
positivos por parte de los empleados.
Como se ha dicho, la tendencia acelerada
hacia la reestructuración, dentro del ambiente turbulento de hoy que existe una
competencia creciente, ha contribuido a un aumento en la cantidad de despidos.
En consecuencia, algunas compañías ofrecen servicios de colocación en el
exterior, con el propósito de ayudar a los empleados despedidos a que
encuentren nuevo empleo.
Duracell, por ejemplo, trabajó estrechamente
con Pauline Hyde Associates (PHA), asesores en colocaciones en el exterior,
cuando cerró su fábrica en Crawley, Inglaterra. Incluso antes de que se
anunciara el cierre, PHA, sin hacer ruido, se puso en contacto con unas 5,000
empresas para conocer sus oportunidades laborales, lo que dio por resultado que
supiera de unas 100 vacantes, no anunciadas, pero potencialmente disponibles
para los trabajadores de Duracell. A continuación, justo después de que se
conoció la noticia del cierre, los asesores de PHA empezaron a reunirse con los
empleados en la empresa. De los 300 trabajadores, 150 perdieron su trabajo de
inmediato, por lo que recibieron una liquidación por despido equivalente a tres
meses de sueldo. Los empleados se registraron en una bolsa de trabajo, que estaba
a su disposición siempre que la necesitaban. La bolsa de trabajo tenía una clara
orientación hacia la realidad y una tasa promedio de colocación de dos personas
al día. A fin de cuentas, 92 por ciento de los despedidos encontró empleo nuevo
gracias a las actividades para colocarlos en el exterior.