Ñemboja digital Módulo 5 - Semana 6
2. Evolución de los derechos políticos de la mujer
A principios de
siglo XX la mujer no era considerada ciudadana –es decir poseedora de derechos
políticos- en casi ningún país del mundo.
La Constitución
Nacional, sancionada en 1853, otorgaba el derecho a la participación política
–al voto- únicamente a los ciudadanos varones.
Las dificultades
para garantizar estos derechos, llevó a las clases populares a luchar por una
nueva ley electoral.
En 1912 la Ley
Sáenz Peña estableció el voto universal, secreto y obligatorio. Sin embargo,
más allá de la importancia que tuvo por haber ampliado el sufragio, continuaba
excluyendo a la mujer del acto político de elegir a sus representantes.
En 1927 en la
provincia de San Juan, una ley provincial aprobada por iniciativa del
socialismo permitió el sufragio femenino.
Aunque no
existían fundamentos legales para que la mujer fuese excluida del voto, quienes
debían aprobar una ley que las integrara eran los hombres que formaban el
Congreso. Recién en septiembre de 1947,
durante la presidencia de Juan Domingo Perón y por iniciativa y presión de Eva
Perón, se dictó la Ley 13.010 que
concedía a la mujer derechos políticos, convirtiéndolas en sujetos capaces de
ser electoras y elegidas. Con esta ley la mujer consiguió la igualdad de
derechos políticos respecto del hombre.
El 11 de
noviembre de 1951, tras la incorporación del derecho de sufragio femenino en la
reforma constitucional de 1949, en una elección histórica las mujeres
argentinas votaron por primera vez y resultaron elegidas 24 diputadas y 9
senadoras.
A pesar de haber
logrado el sufragio femenino, las mujeres fueron excluidas de la política
durante mucho tiempo. Esta situación llevó a que en 1991 el Congreso sancionara la Ley
de Cupos, Ley 24.013, conocida también como “ley del treinta por ciento”, que establece que “Las listas que se
presenten deberán tener mujeres en un mínimo de treinta por ciento de los
candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidad de resultar
electas”.
Como vimos, el
reconocimiento de los derechos políticos de la mujer en nuestro país fue el
resultado de un largo proceso de lucha. En la actualidad, si bien se registran
grandes avances respecto al pasado, la situación de la mujer respecto al hombre
continúa siendo en algunos ámbitos despareja.