Ñemboja digital Módulo 2 - Semana 11
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Curso: | COPIA - Sec_Distancia_Ñemboja_Digital |
Libro: | Ñemboja digital Módulo 2 - Semana 11 |
Imprimido por: | Invitado |
Día: | domingo, 22 de diciembre de 2024, 15:37 |
1. Diferentes tipos de Estado según sus funciones (absolutista, liberal, de bienestar, neoliberal)
El Estado Absolutista (siglos XVI y XVIII)
Según Max Weber en su libro “Economía y
sociedad”: “[El desarrollo del estado moderno] se inicia por doquier a partir
del momento en que se empieza a expropiar por parte del príncipe a aquellos
portadores [privados] de poder administrativo que figuran a su lado: aquellos
poseedores en propiedad de medios de administración, de guerra, de finanzas y
de bienes políticamente utilizables de toda clase”. O sea que el Estado moderno
aparece cuando se expropian los medios de coerción y administración que estaban
en varias manos y se centralizan en un solo poder.
Más tarde se estructura bajo un marco jurídico:
el nuevo orden naciente que tiene como resultado una mayor homogeneidad de la
legalidad estatal. Esto último produjo mayor cohesión en los territorios y
predictibilidad en las decisiones administrativas. Así, se iba gestando un
poder central que unificaba la coerción y la administración, y también se iba
unificando el marco jurídico. Por eso, entre los siglos XVI y XVII el gobierno
que predominó en Europa fue la monarquía absoluta, anulando las organizaciones
políticas medievales.
Más que a necesidades políticas, este
surgimiento se debió a intereses militares y económicos. Por eso, este nuevo
panorama le facilitó a la burguesía emergente el orden necesario que el
feudalismo no podía brindarle: el rey encontró en dicha burguesía una fuente de
dinero más conveniente que la que podía brindarle la nobleza.
Enrique VIII en Inglaterra, Luis XIV en
Francia o Felipe II en España son ejemplos de este poder absoluto. El poder se
concentraba en manos del monarca, quién sólo respondía por sus actos ante Dios.
Debemos recordar que este tipo de Estado
fundaba su legitimidad en la idea de que el poder del monarca era de origen
divino. La frase de Luis XIV: “El estado soy yo” ilustra, como pocas, lo que es
el poder absoluto.
Quizás el pensador que más fundamentó
teóricamente este tipo de poder haya sido el filósofo inglés Thomas Hobbes
(1588-1679) con su clásico libro El Leviatán: “La base de todas las sociedades
grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua voluntad que los hombres se
tenían, sino en el recíproco temor”
2. El Estado Liberal (fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX)
Como vimos anteriormente, la burguesía
naciente admitió el poder absoluto mientras fue adecuado a sus intereses de
clase. Pero cuando las medidas de los monarcas comenzaron a chocar con los
intereses del mercado, empezaron a cambiar su posición. La monarquía con su
participación en las guerras religiosas, su economía mercantilista y su toma de
decisiones personalista, empezó a toparse con la burguesía. Esa tensión creciente
tornó imprescindible una nueva relación entre el Estado y la sociedad civil.
Aparece como resultado el constitucionalismo,
en donde la burguesía ya no se veía obligada a buscar los favores del monarca.
Por lo tanto, el poder del Estado empieza a estar controlado por la ley. Este
proceso de tensión y conflicto entre el Estado y la burguesía se encuentra
enmarcado dentro del pensamiento conocido como liberalismo. Esta ideología,
entre otras cuestiones, combatía la idea del origen divino del poder y su concentración
en una sola mano, defendía la autonomía de la vida privada, la propiedad
privada y la economía de mercado basada en la libre competencia.
Entre los principios básicos del Estado
Liberal está la división de poderes, ya que sólo si existe un Poder Judicial
independiente del Poder Ejecutivo, es que se puede garantizar la vigencia de
los derechos.
Con el Estado Liberal hay una nueva relación
entre el Estado y la sociedad civil, viéndose esta última, fortalecida. Esta
relación sólo fue posible con la llegada del capitalismo. A partir de este
nuevo sistema, la pertenencia a un determinado estrato socio-económico no
implica una condición jurídica especial, como la que se daba en el Estado
Absolutista. Sino que será el Estado nacional la forma jurídica de este tipo de
Estado, y el sujeto del mismo, será el ciudadano.
Es una forma de Estado compatible con el
capitalismo, ya que ve a dicho organismo como garante del mercado. La visión
clásica de este modelo es la de Adam Smith (1723-1790) quien postuló que el
mercado se regulaba sólo, y era a través de la “mano invisible”. El mercado no
debía ser estorbado por nada externo a él. También sostenía que la prosperidad
económica tiene su base en el egoísmo de las personas, ya que la búsqueda de
ellas para satisfacer sus intereses movilizaba las fuerzas de la
economía.
El pensador fundamental de este tipo de Estado
es John Locke (1632-1704). Para este teórico lo fundamental es proteger los
derechos a la propiedad (vida, bienes y libertad): “El fin, pues, mayor y principal
de los hombres que se unen en comunidades políticas y se ponen bajo el gobierno
de ellas, es la preservación de su propiedad”.
3. El Estado de Bienestar (1950-1980, aunque en algunos países continúa)
Podemos rastrear los orígenes del Estado de Bienestar en el siglo XIX, cuando la “libertad de mercado” va generando en la sociedad una creciente desigualdad, lo que se evidencia como una contradicción con los principios sostenidos por el liberalismo filosófico. Si durante el feudalismo la responsabilidad sobre los vasallos recaía en el Señor, en el capitalismo la responsabilidad de la subsistencia del trabajador recae en el propio trabajador; es puramente personal. Esto trae aparejado una creciente conflictividad social que en muchos casos desembocaron en revoluciones. En 1883, Otto von Bismarck (1815-1898) logra imponer una serie de reformas sociales (indemnización a los trabajadores, seguro de enfermedad, seguro social) que podemos señalar como el origen del Estado de Bienestar.
Esta implementación de políticas sociales implica el abandono de políticas de beneficencia, porque no sólo estaba dirigido al asalariado, sino que se otorgaba automáticamente evitando de esta forma cualquier tipo de discriminación.
De esta manera el canciller alemán canalizaba los reclamos de los obreros para evitar el crecimiento del Partido Socialdemócrata Alemán (el más importante de la Europa de entonces). La conflictividad social en aumento obligó a gobiernos de distinta orientación ideológica a reconocer cada vez más derechos sociales como una forma de canalizar y contener dicha tensión.
Dentro del Estado de Bienestar podemos incluir el Estado Keynesiano que surge a partir de la crisis de 1930, teniendo su apogeo después de la segunda guerra mundial. Este se basa en la idea de que el Estado debe intervenir en la economía regulándola.
El Estado de Bienestar Keynesiano está en oposición a las políticas del libre mercado, apareciendo una economía donde el interés individual y su expresión en el juego de mercado se viera moderado por el interés colectivo.
Aparecen políticas orientadas a la distribución de la riqueza dirigidas desde el Estado. Como su nombre lo sugiere, el teórico que da origen a dicha corriente fue John Maynard Keynes (1883-1946), quien ha sostenido que: “Cuando la acumulación de riqueza no tenga importancia para tener un alto nivel social, habrá un gran cambio en los códigos morales”.
4. El Estado Neoliberal (1970 en adelante)
El neoliberalismo se presenta como una teoría
político-económica que reanuda la doctrina liberal clásica, adaptándola al
esquema del capitalismo actual y radicalizando sus principios. Es una reacción
al intervencionismo del Estado, particularmente al Estado de Bienestar como
garante de una mayor justicia social. Como doctrina toma fuerza a partir del
derrumbe de la economía capitalista en el siglo XX, especialmente de las crisis
de finales de los años veinte y de la década del setenta.
El neoliberalismo critica las políticas del
Estado de Bienestar (prestaciones sociales, redistribución de la riqueza,
garantía del salario mínimo, seguros sociales, negociación salarial con
participación sindical, etc.) como un intervencionismo desmesurado del Estado
que termina produciendo aumento de la presión fiscal, déficit fiscal, y
obstaculizando el desarrollo del mercado. Es en este sentido que postulan la
reducción del Estado, tanto en su tamaño como en sus funciones, a través de la
privatización de determinadas áreas (siempre bajo la premisa de que el sector
privado es más eficiente que el sector público).
Para esta corriente de pensamiento, el Estado
sólo debe cumplir la mínima función de organizador de la sociedad, pero no debe
intervenir en el funcionamiento de la economía. En la misma dirección
recomienda la reducción del gasto social, la libre competencia de las grandes
corporaciones económicas y la mínima participación de los sindicatos, así como
el recorte de los derechos laborales.
Podemos resumir diciendo que el neoliberalismo
ve a la economía como al motor fundamental para desarrollo de las naciones, y
es en ese sentido que todos los aspectos de la vida social se deben subordinar
a las leyes del mercado y al libre comercio. Las prácticas de las políticas
neoliberales condujeron a un achicamiento del Estado de Bienestar y a una
gradual desaparición de las políticas keynesianas, con consecuencias como un
rápido aumento de los niveles de desempleo y una profunda precarización
laboral.
Ejemplos de esto último se registraron durante
los gobiernos de Margaret Thatcher (primera ministra del Reino Unido entre 1979
y 1990) y Ronald Reagan (presidente de los Estados Unidos entre 1981 y 1989).
Entre sus principales ideólogos podemos señalar a Friedrich Hayek (Viena, 8 de
mayo de 1899-Friburgo, 23 de marzo de 1992) y a Milton Friedman (Nueva York, 31
de julio de 1912-San Francisco, 16 de noviembre de 2006), Premio Nobel de
Economía en 1976, quien ha expresado en su momento que: “Hay un viejo dicho que
reza: ‘si quieres cazar a un ladrón, llama a otro para que lo atrape’. La
virtud del capitalismo de libre empresa es aquél que coloca a un empresario
frente a otro, y ese es el método más efectivo de control”.