Ñemboja digital Módulo 4 - Semana 3

Sitio: Campus Virtual
Curso: Secundaria a Distancia - Aula 7
Libro: Ñemboja digital Módulo 4 - Semana 3
Imprimido por: Invitado
Día: jueves, 19 de septiembre de 2024, 21:06

1. Capital simbólico y capital cultural.

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 Sociedad Mexicana de Sociología (SMS) on X: "1. Hoy se conmemora el 19o  aniversario luctuoso de uno de los sociólogos más leídos y citados de la  actualidad: Pierre Bourdieu. Bourdieu nació el

El sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930- 2002) reformuló el concepto de capital para dar cuenta de la acumulación de cultura propia de una clase social, heredada o adquirida mediante la socialización.

A la hora de hablar de capital, inmediatamente pensamos en capital económico, aquel que se traduce en dinero y posesiones materiales con un valor mercantil. Pero existen también otros tipos de capital que se relacionan con valores propios de cada persona.        

El capital cultural son las formas de conocimiento, educación, habilidades y ventajas que tiene una persona y le dan un status más alto dentro de la sociedad. En principio, son los padres quienes proveen al niño de cierto capital cultural transmitiéndole actitudes y conocimiento necesarios para desarrollarse, éste se adquiere y se refleja en el seno familiar y se refuerza en las escuelas y situaciones de vida diaria.

Por otro lado, existe también un capital simbólico, consiste en una serie de propiedades intangibles (que no se pueden ver ni tocar) relacionadas con los valores y existen en la medida que sean reconocidas por los demás. Éste puede ser un reconocimiento por saberes acumulados, habilidades o ventajas dadas por el seno en que se desarrolla un individuo en nuestra sociedad.

Es el contexto el que define cuál es el capital simbólico o cultural que debe ser considerado más útil o importante. Por ejemplo, un arquitecto y un panadero poseen ambos cierta cantidad de capital cultural por su profesión, pero será más útil para hacer pan el capital cultural del panadero, que el del arquitecto; y viceversa a la hora de construir una casa. A su vez, si hubiera dos panaderos uno reconocido en el barrio y otro recién llegado de afuera, ambos tendrían distinto tipo de capital simbólico: el más antiguo en el lugar contaría con el aprecio de la gente y una clientela de años, mientras que el otro tendría la ventaja de la novedad y la posibilidad de forjar una imagen desde cero.

Ahora bien, los principales motores que ponen en movimiento a los medios masivos de comunicación son la información y el entretenimiento. Por ello, la relevancia del capital simbólico y cultural estará determinada por el tipo de información o entretenimiento que se busque transmitir. En general, la figura que se pondera en todos los medios masivos de comunicación es la del especialista. Tanto en los programas de radio y televisión, como en las columnas de los diarios y en las páginas de Internet, aparece la figura del especialista como aquel dotado de un conocimiento tal que merece ser oído o leído. Lo importante es saber especificar a qué intereses económico-políticos está respondiendo esa persona al hablar desde una posición de autoridad, y cuál es el capital simbólico y cultural que le adjudican los medios.

 

2. La industria cultural.


Los filósofos alemanes Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973) desarrollaron el concepto de industria cultural para investigar el modo en que el capitalismo (a través de las empresas) produce bienes culturales masivamente en una sociedad. Estos bienes son, por ejemplo, películas, libros, diarios, discos, o videos on-line, entre muchos otros, y operan mediante mecanismos de identificación para alcanzar un mayor número de consumidores. Cada bien cultural se produce para que alguien se identifique con él, y responde a un contexto social. Así, en épocas festivas como la Navidad, aumenta la exhibición de películas temáticas (por ejemplo, sobre la vida de Jesús) y surgen promociones que solo están vigentes durante las fiestas; mientras que, durante una campaña electoral, salen a la venta libros de crítica y opinión, o se transmiten noticias “de archivo” para dañar la imagen pública del oponente. Entonces, todo bien cultural se introduce en el mundo del arte, del entretenimiento, de la publicidad, o de las noticias, alcanzando al individuo de alguna u otra manera por alguno de los medios masivos disponibles. Cuantas más personas reciban ese bien cultural, más personas podrán consumirlo. En palabras de Adorno: “Lo que es nuevo en la industria cultural es la primacía inmediata y confesada del efecto” (Dialéctica del iluminismo, 1988). Ese efecto buscado es convencer al público de que lo que se hizo fue hecho para él, y que lo puede disfrutar en sus momentos de ocio. Pero, ¿Por qué quieren lograr este efecto?

Los medios masivos de comunicación tienen dos objetivos explícitos, y uno implícito. Los dos explícitos son, como ya vimos, informar y entretener. Pero detrás de ellos, subyace un objetivo general que está implícito: formar. ¿Qué quiere decir esto? Que mientras un noticiero de la televisión informa sobre lo que ocurrió en el día, está haciendo una selección de lo que cree que es más importante para exponer. Esta selección no es arbitraria, sino que responde a los intereses propios del grupo empresarial o del Estado que subvenciona o administra ese medio masivo, e incide en la formación ideológica del público. Por eso se dice que los medios masivos de comunicación son los encargados de formar y transformar la opinión pública de una sociedad.


El siguiente link  ayuda a seguir ampliando la información:


3. El Arte como expresión del capital cultural

El arte es el reflejo de la cultura humana y, por eso, preservarlo, transmitirlo y fomentarlo es una forma de conservar el patrimonio cultural de pueblos, países y regiones.

El lenguaje del arte es universal y su vigencia atemporal. Cualquier persona puede apreciarlo -de la forma que sea- y, es hasta el día de hoy que su enseñanza es parte de los programas de educación básica de gran parte de las escuelas de Latinoamérica.

Para la socióloga Alejandra Parra, el arte y la cultura -el teatro, la literatura, la danza, la música y las artes plásticas, entre otras- son las formas más auténticas en las que una sociedad puede expresarse. Representan modos de pensamiento, tradiciones, ideologías y hacen a la historia de un pueblo. En este sentido, “impulsar iniciativas para fomentarlos es indispensable para el desarrollo de un país, porque permiten preservar conocimientos ancestrales, potenciar la creatividad, reafirmar la identidad y dar lugar a la creación y formación de las generaciones más jóvenes”,

Parra fundamenta que las sociedades que más invierten en iniciativas artísticas y culturales, ancladas en una legislación que las promueve, se destacan por tener:

·         Mayores índices de alfabetismo y escolarización.

·         Reconocimiento a nivel mundial por la calidad de sus centros educativos.

·         Menores índices de violencia.

·         Gran capital social, cultural, y humano.

A lo largo y ancho de Latinoamérica hay varios movimientos de vanguardia que se gestan y empiezan a tomar relevancia a través del mundo del arte y la cultura, y que hasta se transforman en revoluciones ideológicas que marcan el rumbo de las sociedades de la región. “Ni Una Menos empezó en Buenos Aires en círculos de artistas, poetas y pintoras”, ejemplifica Nicolás Oyuela, artista plástico argentino, y agrega que muchas veces los grandes cambios comienzan porque “artistas congenian en pensamiento y preocupación”.

El arte y la cultura, entonces, funcionan como motor de la comunicación, permitiendo la expresión de emociones, pero también de mensajes que invitan a reflexionar sobre la existencia y las problemáticas sociales. En esta línea, podría considerarse al arte y a la cultura como herramientas con el potencial de educar y cambiar sociedades

En definitiva, a través del arte y de la cultura, se habilita un espacio en el que el individuo, pero también la sociedad en su conjunto, puede crear y expresar las distintas ideas, vivencias y problemáticas del día a día. Con cada creación se impacta por lo menos a alguien y se desencadenan procesos que tienen que ver con la educación y la revolución. De esta forma, las sociedades se enriquecen, desarrollan su potencial y exploran sus posibilidades.

 


4. Importancia de la tecnología en el Arte

El arte es una forma de expresión creativa que tenemos los seres humanos, es la manera en la que representamos nuestros sentimientos, emociones, experiencias y la percepción de lo que nos rodea. A lo largo de los años los artistas han ido encontrando nuevas formas de expresión, por ejemplo; la fotografía, el cine, el modelado 3D, el diseño, etc., y hasta disciplinas tan tradicionales como la pintura, la escultura, la música, el teatro, el dibujo, la danza y la literatura han ido evolucionando gracias a la aportación de las nuevas tecnologías.

Un primer argumento a favor de la importancia del uso de la tecnología en el arte es de carácter histórico y se refiere a la íntima relación entre tecnología y expresión artística. Desde las más remotas culturas humanas conocidas, el ser humano ha mostrado la necesidad de expresarse en el arte. Para pintar en las cuevas (ahora conocidas como pinturas rupestres), decorar los instrumentos para la caza del mamut, o la decoración de utensilios varios que han llegado hasta nuestros días, el ser humano requería una técnica concreta y una tecnología que le permitiera realizar esas expresiones.

Conforme el ser humano fue progresando tecnológicamente sus expresiones artísticas se fueron diversificando y alcanzando nuevas formas de expresión. Pensemos en el tallado de una estatua como La Piedad 1 de Miguel Ángel Buonarroti, esto sería imposible para el hombre primitivo y no por incapacidad artística, sino por la falta de los instrumentos adecuados, en otras palabras, no existía la tecnología que lo posibilitara.

Reflexionemos ahora en la música; los pueblos prehispánicos en América y las tribus ancestrales en el mundo entero han utilizado instrumentos musicales rudimentarios para expresar armonía de sonidos y de ritmo como medio de expresión de su religiosidad y de su ánimo. Sin embargo, usar esos instrumentos e intentar interpretar con ellos la Novena Sinfonía de Beethoven resultaría imposible.

Podríamos así, recorrer cada una de las diferentes disciplinas artísticas y notar cómo a lo largo de la historia su expresión se ha ido potenciando conforme la evolución de la tecnología en general. Esto demuestra que el arte siempre ha sido estimulado por la tecnología y el conocimiento de las técnicas propias de la disciplina.

Un segundo argumento sobre la importancia de la tecnología nos viene del hecho de que la existencia misma de una disciplina artística está ligada invariablemente a la tecnología. Cualquier forma de expresión artística requiere un mínimo de tecnología y algunos instrumentos, por rudimentarios que fueran. Es evidente que en todas las culturas el tipo de arte y el nivel de su expresión tienen una relación directa con el desarrollo tecnológico de dicha cultura.


https://revistacseducacion.unr.edu.ar/index.php/educacion/article/view/583/487       

5. Video de clase


6. Actividades

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