Ñemboja digital Módulo 1 - Semana 9

Sitio: Campus Virtual
Curso: Secundaria a Distancia - Aula 4
Libro: Ñemboja digital Módulo 1 - Semana 9
Imprimido por: Invitado
Día: jueves, 19 de septiembre de 2024, 22:08

1. El Control Ambiental en Argentina

El control ambiental en Argentina es un tema de vital importancia debido a la riqueza y diversidad de sus ecosistemas, así como a los desafíos ambientales que enfrenta el país, como la deforestación, la contaminación del agua y del aire, y el cambio climático. La gestión y control de estos problemas requieren un enfoque integral que involucre a los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.

En lo que respecta al marco legal e institucional, son varias las leyes y normativas establecidas para el control ambiental.

Ley General del Ambiente (Ley 25.675): Establece los principios de la política ambiental en Argentina, como el desarrollo sostenible, la prevención y el principio de precaución.

Ley de Residuos Peligrosos (Ley 24.051): Regula la generación, manipulación, transporte y disposición final de residuos peligrosos.

Ley de Bosques Nativos (Ley 26.331): Protege los bosques nativos mediante la regulación de su uso y la promoción de su conservación y restauración.

Ley de Glaciares (Ley 26.639): Protege los glaciares y el ambiente periglacial, declarando a estos ambientes como bienes de utilidad pública.

 

Las Instituciones responsables y que son fundamentales:

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible: Responsable de la formulación y ejecución de la política ambiental nacional. Dentro de sus actividades se encuentran el fomentar, evaluar, fiscalizar y asistir al ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable en la implementación de políticas, programas y proyectos vinculados al control ambiental y a las temáticas asociadas al mismo, así como a la preservación del ambiente y a la prevención de la contaminación en todas sus formas.

Secretarías Provinciales de Ambiente: Encargadas de implementar y hacer cumplir la legislación ambiental en sus respectivas jurisdicciones. Ejecuta políticas, planes y programas en materia ambiental, definidos como autoridad de aplicación de la Ley 7070 o por el Ministerio, así como los del orden regional que le hayan sido confiados conforme a la ley, dentro del ámbito de su jurisdicción.

Parques Nacionales Argentina: La Administración de Parques Nacionales (APN) tiene como objetivos diseñar, conducir y controlar la ejecución de las políticas necesarias para conservar y manejar los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales existentes actualmente y las que eventualmente se incorporen, con el objeto de asegurar el mantenimiento de su integridad en todo lo relacionado con sus particulares características fisiográficas, asociaciones bióticas, recursos naturales y calidad ambiental de los asentamientos humanos y promover la creación de nuevas áreas en el marco de la Red Nacional de Áreas Protegidas.


2. Problemáticas de Contaminación.

Son varias las problemáticas que acontecen en nuestro país, pero dentro de las principales podemos mencionar a:

Tipos de contaminantes del medio ambiente

2.1. Deforestación.


Según los monitoreos de la superficie de bosque nativo, realizados por la Nación, entre 1998 y 2022, se deforestaron 6.4 millones de hectáreas de bosque nativo principalmente por causa del avance de la frontera agropecuaria – la misma cifra que se perdió a nivel global durante 2022”. (16 nov 2023. Fundación Vida Silvestre Argentina)


Cartel de protesta de Greenpeace en el puente Belgrano contra la deforestación del Chaco el 24 de octubre de 2022 Luis ROBAYO AFP

 

Su pérdida también representa una pérdida de biodiversidad, degradación del suelo, emisiones de carbono.

Los bosques desempeñan roles esenciales en el equilibrio ecológico y la sostenibilidad del planeta. Actúan como los "pulmones del mundo", absorbiendo dióxido de carbono y liberando oxígeno, lo que ayuda a mitigar el cambio climático. Además, son vitales para la conservación de la biodiversidad, proporcionando hábitats para innumerables especies de plantas, animales y microorganismos.

Los ecosistemas forestales contribuyen significativamente a la regulación del ciclo hidrológico. Los árboles interceptan la lluvia, reduciendo la erosión del suelo y mejorando la infiltración del agua, lo que favorece la recarga de acuíferos y la disponibilidad de agua dulce. También protegen las cuencas hidrográficas y previenen inundaciones y deslizamientos de tierra.

Desde una perspectiva económica y social, los bosques son fuentes de recursos renovables como madera, frutos y plantas medicinales, y sostienen las economías locales mediante la provisión de empleo en sectores como la silvicultura y el ecoturismo. Además, tienen un valor cultural y espiritual significativo para muchas comunidades indígenas y locales.

Las principales causas de la deforestación son la expansión agrícola, la ganadería, y la explotación forestal.

Las causas por las que se está llevando a cabo está deforestación son el avance de la frontera agropecuaria (cultivos de soja transgénica y ganadería intensiva) y el aumento de incendios intencionados con el objetivo de hacer más fácil el acceso al territorio.

La mayor parte de productores agropecuarios son del exterior o de la región pampeana, se benefician de la región chaqueña localizada en el norte del país, por el bajo coste que tienen la hectárea en este territorio Chaco, Santiago del Estero, Formosa, salta). Por ejemplo, una hectárea en el sur del país puede estar entre los 10 mil y 15 mil dólares, mientras una hectárea en el norte puede costar entre 300 y 500 dólares. Así que, los productores destruyen y transforman el suelo con el objetivo de producir para lucrarse económicamente a costa de la naturaleza, en vez de adaptarse a la posibilidades y limitaciones que ofrece el ecosistema de la región chaqueña. A pesar de que existen leyes para proteger los bosques, al final, “hecha la ley, hecha la trampa”. Por ejemplo, si una empresa destruye un bosque nativo, solo basta con pagar una multa para poder seguir haciéndolo.

En la provincia del Chaco, en el noreste de Argentina, las heridas están abiertas: escondidos tras cortinas vegetales, árboles de algarrobo y quebracho arrancados de raíz yacen en el suelo.

También se amontonan como leña en camiones que los llevan hasta las plantas de carbón vegetal y de extracción de taninos para la curtiembre. Su madera es muy apreciada para hacer muebles e incluso se utiliza todavía en los durmientes de las vías de tren.” (France24.com)


2.2. Contaminación del agua.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el agua contaminada como aquella que sufre cambios en su composición hasta quedar inservible. Es decir, es agua tóxica que no se puede ni beber ni destinar a actividades esenciales como la agricultura, además de una fuente de insalubridad que provoca más de 500.000 muertes anuales a nivel global por diarrea y transmite enfermedades como el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.

Existen diversas causas de contaminación del agua y para distinguirlas en dos grupos podemos mencionar la contaminación natural y la contaminación artificial.

La contaminación artificial es la que aparece cuando las personas interactuamos con el medio ambiente. En general la asociamos a vertederos de aguas residuales y de las industrias, así como el uso de pesticidas y fertilizantes tóxicos.

Los principales contaminantes del agua incluyen bacterias, virus, parásitos, fertilizantes, pesticidas, fármacos, nitratos, fosfatos, plásticos, desechos fecales y hasta sustancias radiactivas. Estos elementos no siempre tiñen el agua, haciendo que la contaminación hídrica resulte invisible en muchas ocasiones. Por esta razón, se suele recurrir al análisis químico de pequeñas muestras y organismos acuáticos para conocer el estado de la calidad del agua.

En Argentina, el agua se utiliza mayormente para: la agricultura (71%), el consumo residencial (13%), la ganadería (9%), y la industria (7%).

El 85% del agua que consumimos proviene de las aguas superficiales utilizadas de la cuenca del Río de la Plata, que se extiende desde Bolivia hasta el Océano Atlántico, cubriendo partes de Bolivia, Brasil, Argentina, Uruguay y todo Paraguay.

El deterioro de la calidad del agua tiene efectos negativos para el medio ambiente, la salud y la economía global.

Detallamos algunas de las consecuencias:

●  Destrucción de la biodiversidad. La contaminación hídrica empobrece los ecosistemas acuáticos y facilita la proliferación descontrolada de algas fitoplanctónicas en los lagos —eutrofización—.

●  Contaminación de la cadena alimentaria. La pesca en aguas contaminadas, así como la utilización de aguas residuales en la ganadería y la agricultura, pueden transmitir toxinas a los alimentos que perjudiquen nuestra salud a través de su ingesta.

●  Escasez de agua potable. La ONU admite que aún existen miles de millones de personas en el mundo sin acceso a agua potable y saneamiento, sobre todo en zonas rurales.

●  Enfermedades. La OMS calcula que unos 2.000 millones de personas beben agua potable contaminada por excrementos, exponiéndose a contraer enfermedades como el cólera, la hepatitis A y la disentería.

●  Mortalidad infantil. Según la ONU, las enfermedades diarreicas vinculadas a la falta de higiene causan la muerte a unos mil niños al día en todo el mundo.

Contaminación del agua: Qué es y principales causas - Internaco Medio  Ambiente

 


2.3. Contaminación del Aire.

“Argentina se ubica en la posición 28 de una lista de 220 países que producen más emisiones atmosféricas contaminantes a nivel mundial. Dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno se encuentran entre los gases derivados del sector energético que emite nuestro país.” (www.ospat.com.ar)

La contaminación del aire es uno de los problemas ambientales más graves que enfrenta Argentina, afectando la salud pública, el medio ambiente y la economía. Las principales fuentes de contaminación incluyen el tráfico vehicular, las actividades industriales, la quema de residuos y el uso de combustibles fósiles. Este problema es especialmente crítico en las áreas urbanas, donde la densidad de población y las actividades económicas intensivas exacerban la situación.

Las principales fuentes de contaminación del aire son:

*Tráfico Vehicular: Los vehículos motorizados son una de las principales fuentes de emisiones de contaminantes atmosféricos, incluyendo dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), y partículas finas (PM2.5 y PM10). La alta concentración de vehículos en áreas metropolitanas, como por ejemplo la de Buenos Aires, contribuye significativamente a la degradación de la calidad del aire.

*Actividades Industriales: Las industrias, especialmente las de procesamiento de metales, petroquímicas y cementeras, emiten grandes cantidades de contaminantes, incluyendo dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), y compuestos orgánicos volátiles (COV). Estas emisiones afectan la salud respiratoria de las poblaciones cercanas y contribuyen a la formación de smog y lluvia ácida.

*Quema de Residuos: La quema de residuos urbanos y agrícolas libera una gran cantidad de contaminantes tóxicos, como dioxinas y furanos. Esto suele ser común en áreas periurbanas y rurales, donde las prácticas de manejo de residuos son inadecuadas.

Uso de Combustibles Fósiles: La generación de energía y calefacción mediante la combustión de carbón, petróleo y gas natural libera contaminantes atmosféricos significativos. Contribuye a la contaminación del aire y a las emisiones de gases de efecto invernadero.

La contaminación del aire tiene serias implicaciones para la salud pública en Argentina. Los contaminantes atmosféricos pueden causar y agravar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, como asma, bronquitis crónica, y enfermedades cardíacas. La exposición prolongada a partículas finas puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Además, los niños, los ancianos y las personas con enfermedades preexistentes son particularmente vulnerables a los efectos adversos de la contaminación del aire.


2.4. Gestión de Residuos.

Residuo es todo elemento, material, objeto o sustancia que, como consecuencia de los procesos de consumo y desarrollo de actividades humanas, es desechado o abandonado. Los residuos sólidos urbanos (RSU) son análogos a los denominados domiciliarios y pueden ser de origen residencial, urbano, comercial, asistencial, sanitario, industrial o institucional, con excepción de aquellos que se encuentren regulados por normas específicas.

Una tonelada cada dos segundos, 49.300 toneladas por día. En Argentina la producción de residuos es alarmante. Existen -lo que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación define como “aquellos sitios donde se disponen residuos sólidos de forma indiscriminada, sin control de operación y con escasas medidas de protección ambiental”, 5.000 basurales a cielo abierto. La mayoría revisten carácter formal, lo que desnuda y evidencia la falencia en el tratamiento de los desechos en el país.” (https://www.infobae.com/sociedad/2022/07/05/contaminacion-exclusion-y-danos-a-la-salud-los-efectos-nocivos-de-los-5000-basurales-a-cielo-abierto-que-hay-en-argentina/)

La cantidad de RSU que generan (directa o indirectamente) los habitantes de un área refleja las condiciones de producción y consumo de la sociedad. Los residuos repercuten a largo plazo en la salud humana y el ambiente.

Al no tratarse en forma adecuada, esto pone en riesgo la salud de las personas ya que se contaminan recursos naturales como el agua, los suelos y el aire.

El proceso de desintegración que sufren al quedar estancados en basurales repercute en la emisión de gases tóxicos. De hecho, los residuos sólidos no tratados generan el 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre los problemas directos que el cambio climático trae en la propagación de enfermedades entre las personas. Por ejemplo, en los últimos meses de 2022 y en los primeros de 2023, este organismo había marcado un aumento significativo en el número de casos registrados de dengue y chikungunya en la Argentina.

Cuando las instalaciones de recuperación y disposición final de RSU no cumplen con los requisitos mínimos de impermeabilidad de los suelos donde se emplazan, ni con las distancias a las napas freáticas, a los cursos de aguas superficiales, a los centros urbanos u otras áreas susceptibles de recibir los impactos derivados de estas instalaciones, se producen impactos negativos sobre el ambiente y la salud humana.

En Argentina, el manejo de los RSU está regulado por la Ley de Presupuestos Mínimos 25.916 que establece los presupuestos mínimos para un manejo adecuado de los residuos domiciliarios, a partir de propender a una gestión integral de los mismos, propiciar su valorización y promover su minimización en la generación y disposición final. En términos generales, comprenden desechos de hogares y centros comerciales, oficinas e industrias que, dada su composición, son comparables con aquellos generados en domicilios particulares.

La República Argentina, con una superficie de 3.761.274 km², se divide en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y tiene una población de 46.23 millones (2022).

La disposición final del 45 % de la población es atendida mediante servicio municipal directo, contratos de servicios que cubren al 24 % y otras modalidades que cubren al 31 %.

En las principales áreas metropolitanas se cuenta con plantas de separación, y se está desarrollando una industria para el procesamiento de los residuos recuperados (plásticos, vidrios, papel y cartón), los cuales son mayormente recolectados por recuperadores y recuperadoras, tanto en la vía pública como en sitios de disposición final. (https://www.argentina.gob.ar/interior/ambiente/control/rsu)


2.5. Cambio Climático.

                                                                                                             Cambio Climático: Argentina puede ser referente | ON24 | Información  Precisa. Periodismo en serio


La contaminación, principalmente identificada como una consecuencia dentro de los paisajes urbanos, también está vinculada al cambio climático. Tanto el cambio climático como la contaminación del aire se ven empeorados por la combustión de combustibles fósiles, que incrementa las emisiones de CO2.
Los contaminantes atmosféricos y los gases de efecto invernadero suelen provenir de las mismas fuentes, por ejemplo, las centrales eléctricas alimentadas a carbón y los vehículos que utilizan diésel. Algunos contaminantes atmosféricos no duran mucho tiempo en el medio ambiente, en especial el carbono negro, que forma parte de la materia particulada fina. Otros contaminantes climáticos de corta vida son el metano, los hidrofluorocarbonos y el ozono troposférico. Estas sustancias tienen un efecto de calentamiento climático mucho más potente que el dióxido de carbono. 
En primer lugar, es necesario aclarar dos conceptos que, si bien están estrechamente relacionados, con frecuencia se toman de manera errónea como sinónimos: el cambio climático y el calentamiento global. Existe una importante diferencia, y es que el calentamiento global es la causa del cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano, están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían.
La Tierra ya se ha calentado y enfriado en otras ocasiones de forma natural, pero lo cierto es, que estos ciclos siempre habían sido mucho más lentos, necesitando millones de años, mientras que ahora y como consecuencia de la actividad humana, estamos alcanzando niveles que en otras épocas trajeron consigo extinciones en apenas doscientos años.
 
El cambio climático ya afecta a prácticamente todos los niños y niñas del mundo. Los desastres naturales, la degradación del medio ambiente y la pérdida de biodiversidad pueden causar estragos en la agricultura y privar a los niños y niñas de agua potable y de una alimentación nutritiva. Además de crear entornos peligrosos y provocar brotes de enfermedades, también pueden dejarles sin un lugar seguro donde habitar y arruinar la calidad de los sistemas de salud y de educación que necesitan para sobrevivir y prosperar.
Los expertos coinciden en señalar la Revolución Industrial como el punto de inflexión en el que las emisiones de gases de efecto invernadero arrojadas a la atmósfera empezaron a dispararse. Hay que recordar que la Revolución industrial nació de otras muchas pequeñas revoluciones: la agrícola, la tecnológica, la demográfica, de medios de transporte, finanza que dieron lugar a un nuevo modelo de producción y consumo.
Desde ese momento, el crecimiento de la población (en 1750 había menos de 800 millones de habitantes en la Tierra, hoy somos más de 7.500 millones), un consumo de recursos cada vez más desmedido, el aumento en la demanda y producción de energía obtenidas mayoritariamente a través de combustibles fósiles han provocado que el planeta haya entrado en lo que parte de la comunidad científica ha denominado el Antropoceno: la nueva era geológica motivada por el impacto del ser humano en la Tierra.
El principal resultado ha sido el aumento de la temperatura global del planeta, que desde ese período ha aumentado en 1,1 0C, si bien se estima que al final del presente siglo el termómetro pueda aumentar todavía más aun cumpliéndose los compromisos de reducción de emisiones fijados por los países.
Este aumento global de la temperatura trae consecuencias desastrosas que ponen en peligro la supervivencia de la flora y la fauna de la Tierra, incluido el ser humano. Entre los impactos del cambio climático destacan, el derretimiento de la masa de hielo en los polos, que a su vez provoca el aumento del nivel del mar, lo que produce inundaciones y amenaza los litorales costeros –incluso pequeños estados insulares están en riesgo de desaparición-.
El cambio climático también aumenta la aparición de fenómenos meteorológicos más violentos, sequías, incendios, la muerte de especies animales y vegetales, los desbordamientos de ríos y lagos, la aparición de refugiados climáticos y la destrucción de los medios de subsistencia y de los recursos económicos, especialmente en países en desarrollo.


3. Estrategias y Políticas para el Control Ambiental


a)  Monitoreo y Evaluación Ambiental:

Se constituye en una herramienta central en el proceso de generación de información relevante sobre el estado del aire, el agua y el suelo, que permite evaluar la calidad del ambiente.

Conocer la calidad de los mismos determinará en gran medida los cursos de acción en el control y prevención de la contaminación a ser seguidos e implementados por la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Debido a ello, formalizar y consolidar una completa red de monitoreo es condición urgente y necesaria.

Monitoreo del agua: El agua es el recurso vital por excelencia para la vida y el desarrollo de la sociedad. La Argentina cuenta con una alta disponibilidad de recursos hídricos en el país, pero su distribución espacial y temporal es muy desigual en el territorio dado fundamentalmente por sus distintas regiones climáticas. La contaminación de los recursos hídricos es una de las tantas presiones que reciben los recursos hídricos y que reduce su disponibilidad ya sea para consumo humano, para consumo animal, para riego, o bien, para el mantenimiento del equilibrio ecológico del sistema acuático. Conocer el estado general de los cuerpos de agua del país, así como las posibles fuentes de contaminación es una actividad fundamental para la toma de decisiones y para la implementación de políticas tendientes a minimizar la contaminación del ambiente.

Monitoreo del aire: La calidad del aire es, entre otras, una medida indirecta del estado de salud de la población. El aire es uno de los vehículos más apropiados para el ingreso de contaminantes al organismo, por vía respiratoria. En este sentido es de particular importancia contar con datos precisos y de actualización continua, los que permiten establecer las acciones inmediatas, de corto, mediano y largo plazo, como también definir los umbrales de alerta.

Cerca de la mitad de la población urbana que está siendo monitoreada está expuesta a contaminación atmosférica que es al menos 2,5 veces más alta que los niveles recomendados por la OMS, lo cual supone un riesgo adicional y a largo plazo para su salud.

En América, hay datos disponibles sobre la calidad del aire sólo para 17 de los 35 países de la región, con 623 ciudades de la región representadas en la base de datos de la OMS. Los datos sobre esas ciudades sugieren que cerca del 95% de las personas que viven en países de ingresos bajos o medianos en América están expuestas a contaminación atmosférica que excede los niveles recomendados por la OMS mientras que, en el caso de los países de ingresos altos, un 60% de la población estaría expuesta a una situación similar.

Pese a que hay más vigilancia de la calidad del aire, muchas ciudades en los países de bajos y medianos ingresos aún carecen de la capacidad para hacerlo generando una escasez de datos.

En el país, la primera instancia de regulación de la calidad del recurso aire fue la Ley Nacional Nº 20.284, sancionada en el año 1973, que estableció estándares de calidad de aire para los seis contaminantes primarios o de criterio (CO, NOx, SO2, O3, material particulado en suspensión y sedimentable) como así también los métodos de muestreo y análisis.

Monitoreo del suelo: El suelo es el recurso natural que sustenta la vida en el planeta. Es el sostén de la vegetación, almacena nutrientes y otros elementos necesarios para el desarrollo de la flora y fauna, regula la distribución del agua de lluvia, actúa como un filtro que protege la calidad del agua, es el soporte esencial para la agricultura, entre otras tantas cosas. Posee propiedades biológicas, químicas y físicas, que son dinámicas y cambian en función de los usos del suelo.

Las principales fuentes de contaminación del suelo están dadas por sustancias peligrosas derivadas de la actividad industrial, minería a cielo abierto, prácticas agrícolas no sostenibles tales como el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes, crecimiento urbano sin planificación y deforestación. Esto provoca consecuencias como el deterioro de la calidad del suelo, la falta de crecimiento y disminución de los rendimientos de los cultivos, la pérdida de hábitat, la contaminación de aguas tanto subterráneas como superficiales, la erosión del suelo y la desertificación.

En Argentina, la Ley Nacional de Residuos Peligrosos Nº 24.051 y la Ley Nacional 22.428 de Fomento a la Conservación de Suelos son la base legal de referencia para la regulación de la conservación de suelos. La ley 24051 y sus complementarias ofrecen una aproximación al tema central de la contaminación del suelo, aludiendo en forma genérica a residuos que puedan causar “daño, directa o indirectamente a seres vivos o que puedan contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general”.

También, existe un cuerpo regulatorio sectorial orientado hacia actividades productivas o extractivas. Por ejemplo, lo referente a las actividades hidrocarburíferas, cuyos aspectos ambientales están contenidos en una serie de Resoluciones de la Secretaría de Energía de la Nación que comprenden entre otros temas la identificación, diagnóstico y tratamiento de suelos afectados por hidrocarburos y sus derivados, y, por otra parte, la regulación de la cuestión ambiental en materia de explotaciones mineras que incluye el Código de Minería.

Por su parte, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación promueve la ejecución del Programa Nacional para la Gestión Ambiental de Sitios Contaminados, que tiene alcance nacional y es producto del trabajo conjunto de la Autoridad Ambiental Nacional y todas las jurisdicciones provinciales. Entre sus objetivos, a largo plazo prevé el desarrollo de un Sistema de Vigilancia Ambiental de Sitios Potencialmente Contaminados, el que operará como una herramienta de prevención y monitoreo permanente de los recursos suelo, agua y aire en áreas vulnerables por procesos de contaminación pasada o actual.

 

b) Educación y Concientización:

Campañas de educación ambiental para fomentar la responsabilidad individual y colectiva, las cuales tienen como objetivo concientizar a la ciudadanía del impacto que tienen sus actividades diarias en el ambiente y en este sentido, promover acciones y acercar diferentes tecnologías ecológicas que impulsen el cuidado y ahorro del agua, el adecuado manejo de los residuos sólidos y el eficiente consumo de energía, donde organizaciones de carácter social, empresas, instituciones públicas e individuos dan a conocer los trabajos que realizan en estos temas.

Mediante los programas escolares que incorporan la educación ambiental en el currículo, se busca promover una política educativa que acompañe a las escuelas en la formación de una ciudadanía democrática comprometida con el cuidado del ambiente, así como contribuir a la construcción de instituciones educativas garantes y promotoras del derecho a un ambiente sano y diverso.

c) Incentivos Económicos:

Existe consenso a nivel mundial en la necesidad de una adecuada regulación en el uso eficiente de los recursos naturales. Como consecuencia de ello se han realizado esfuerzos globales en la búsqueda de medidas y lineamientos concretos que garanticen la protección y conservación del ambiente. A nuestro juicio los estímulos fiscales constituyen una valiosa herramienta para satisfacer dicha necesidad. Los incentivos fiscales ambientales pretenden mejorar la utilización racional de los recursos naturales, así como prevenir, corregir o mitigar el daño ambiental.

Subsidios y créditos para proyectos de energías renovables y tecnologías limpias. Los instrumentos financieros son fundamentales para remover barreras y fomentar inversiones que contribuyan a un uso más eficiente de la energía, disminuir el uso de combustibles fósiles y mitigar el cambio climático. El BID ha venido desarrollando e implementando instrumentos innovadores tales como préstamos concesionales, bonos verdes, seguros de ahorro de energía (ESI), donaciones contingentes, facilidades de innovación tecnológica, contratos de desempeño y esquemas de validación de proyectos. Los esfuerzos han estado enfocados en promover la inversión privada, el fortalecimiento institucional y facilitar desarrollos regulatorios en los frentes de eficiencia energética, energía renovable, transporte sostenible y almacenamiento de energía.

d) Innovación y Tecnología:

El fomento de la investigación y el desarrollo tecnológico sostenible es clave para abordar los desafíos ambientales actuales y futuros. En este tema, se busca promover la innovación tecnológica que permita el uso más eficiente de los recursos naturales y la reducción de la huella ecológica. Algunos aspectos relevantes a considerar son:

La importancia de la colaboración entre el sector público y privado para promover la investigación y el desarrollo tecnológico sostenible. La necesidad de desarrollar tecnologías que permitan la transición a una economía circular y la reducción de residuos y emisiones contaminantes.

La promoción de tecnologías limpias y energías renovables para reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

La investigación en tecnologías para la recuperación y reciclaje de materiales y residuos. Desarrollo de tecnologías sostenibles para la agricultura y la producción de alimentos. Investigación en tecnologías para la gestión sostenible del agua y los recursos hídricos. Fomento de la investigación en tecnologías para la movilidad sostenible, como vehículos eléctricos y transporte público eficiente. Investigación en tecnologías para la conservación y restauración de ecosistemas y la biodiversidad. Desarrollo de tecnologías para la medición y monitoreo del impacto ambiental de las actividades humanas.


4. Desafíos y Oportunidades.

Del cambio climático a la crisis de la biodiversidad, pasando por la deforestación y la degradación ambiental. De uno u otro modo, todos los temas que están sobre la mesa de “la Argentina ambiental 2021” se ven atravesados por estos cuatro ejes y todos los desafíos que se plantean en el nuevo año se mueven en función de ellos y se asientan sobre una palabra clave: implementación.

La pandemia agudizó la ya de por sí preocupante situación ambiental del país, al tiempo que empeoró unas condiciones económicas en constante deterioro durante la última década. La suma de ambos factores compone un escenario que, según quiera verse, podría ser la ocasión para iniciar una transformación de fondo o de dar nuevos pasos hacia un escenario insostenible.

Estos son algunos de los principales temas ambientales que Argentina deberá enfrentar en los siguientes años.

a) Enfrentar el cambio climático y la pobreza

Incorporar el tema el cambio climático a las prioridades de los gobiernos provinciales, porque si bien no somos un país con alta emisión de GEI, los impactos que esta produce sí son muy destacados.

El desafío es adaptarnos al cambio para encontrar respuestas adecuadas; debemos generar sistemas de monitoreo y control más confiables, como por ejemplo un Sistema de Alerta Temprana, herramienta diseñada para prevenir fenómenos meteorológicos de riesgo.

Se ve la falta de cumplimiento y fiscalización efectiva de las leyes ambientales, como también limitaciones en la infraestructura y recursos para la gestión ambiental, y una necesidad de integrar la política ambiental con otros sectores, como la economía y la energía.

Pero entre tantos desafíos que tenemos por delante, existen muchas oportunidades, como por ejemplo el aumento creciente del mercado de las energías renovables y las tecnologías limpias. También disponemos del potencial para la creación de empleo verde en sectores como la gestión de residuos y la reforestación. Y, aunque no lo parezca, hay un incremento en la conciencia y participación ciudadana en la protección del medio ambiente.


5. Flora y Fauna protegida en Argentina


Argentina es un país con una biodiversidad rica y variada, que abarca desde los ecosistemas subtropicales del norte hasta las regiones subantárticas del sur. La protección de esta biodiversidad es crucial para la conservación de los ecosistemas y el bienestar humano.

Son muchas y varias las especies vegetales que se encuentran en peligro de desaparecer, y con eso, todas las demás especies que dependen, habitan o se relacionan de alguna manera con ellas.

a) Quebracho Colorado (Schinopsis balansae y Schinopsis lorentzii): Es un árbol de madera dura y pesada, muy valioso para la industria. Lo podemos encontrar en las regiones del Chaco y Formosa. Se encuentra en un estado de vulnerabilidad debido a la deforestación y explotación forestal.

b) Arrayán (Luma apiculata): Árbol de corteza anaranjada y hojas pequeñas, aromáticas. Se encuentra en los bosques templados de la Patagonia, especialmente en la región de los lagos. Está protegido principalmente en Parques Nacionales como el Nahuel Huapi.

c) Yaguareté (Pterogyne nitens): Es un árbol con hojas compuestas y flores pequeñas de color amarillo. Habita en las selvas en galería y bosques húmedos de Misiones y Corrientes, y está amenazado por la pérdida de hábitat.

 

También, dentro de la fauna argentina, son muchas las especies que se encuentran en peligro de extinción, con relación directa con la pérdida de la flora.

a)Yaguareté (Panthera onca): Es el mayor felino de América, de pelaje amarillo con manchas negras. Habita las selvas subtropicales de Misiones, bosques chaqueños y yungas. Se encuentra en peligro crítico debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat.

b)Huemul (Hippocamelus bisulcus): Un cérvido nativo de la Patagonia, con pelaje denso y marrón. Lo podemos encontrar en los bosques andino-patagónicos y estepas. Su situación es crítica debido a la caza y la fragmentación del hábitat.

c)Cóndor Andino (Vultur gryphus): Es un ave rapaz de gran tamaño, con plumas negras y collar blanco, que sobrevuela la zona de los Andes y regiones montañosas. Su estado es vulnerable debido al envenenamiento y la reducción de hábitat.

d)Tortuga Laúd (Dermochelys coriacea): La mayor de todas las tortugas marinas, con un caparazón distintivo. Habita las costas atlánticas y el mar argentino. Se encuentra en peligro crítico debido a la captura incidental y la contaminación.

 


6. Estrategia Nacional de conservación y monitoreo


La Estrategia Nacional sobre la Biodiversidad (ENB) consiste en la formulación e instrumentación de políticas, iniciativas, normativas y procedimientos que, en forma coordinada, promuevan un mayor conocimiento de los bienes y servicios ambientales, la conservación y protección de la biodiversidad y su utilización en un marco de desarrollo sostenible.



Argentina es uno de los países con mayor número de ecorregiones del mundo. Cuenta con 18: 15 continentales, 2 marinas y 1 en la Antártida. Estas albergan una gran diversidad de especies que entre todos debemos cuidar.

La conversión de ecosistemas naturales a tierras agropecuarias, la deforestación y las malas prácticas de manejo ganadero, la introducción de especies exóticas invasoras, el tráfico ilegal y el cambio climático constituyen las causas principales de la pérdida de biodiversidad.

La Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción 2016-2020 es una política de Estado que define las acciones principales para promover un mayor conocimiento y valoración de nuestros bienes comunes y de los servicios ecosistémicos que estos prestan. La conservación, uso sostenible y la distribución de sus beneficios en forma equitativa son los objetivos principales de la Estrategia.

Compuesta por 21 metas nacionales que reflejan los criterios de construcción, la Estrategia promueve la incorporación de la conservación de la biodiversidad y su uso racional en todas las políticas públicas, para avanzar en el ordenamiento ambiental del territorio y lograr un desarrollo humano sostenible.

Alcanzar el 13 % de superficie mínima protegida del territorio nacional, el 4 % de cobertura de protección de zonas marinas y costeras de los espacios marítimos argentinos, y aumentar un 20 % la superficie de protección actual de los humedales son algunos de los desafíos que se pretenden abordar.

El documento que aquí te presentamos sintetiza los consensos alcanzados en el seno de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización de la Diversidad Biológica (CONADIBIO), a partir de un largo proceso intersectorial, interjurisdiccional y participativo. Es también un aporte al compromiso global por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) y las Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Para su elaboración hemos contado con el apoyo financiero del Fondo Fiduciario para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), mediante el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Creemos que cuidar la casa común es asegurar un ambiente donde vivir en dignidad, en el cual coexistan diversas formas de vida y los derechos humanos se cumplan efectivamente. Es posible y necesario alcanzar estos objetivos. Nuestra biodiversidad nos ofrece una oportunidad única.

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/interior/ambiente/biodiversidad/estrategia-nacional

7. Video de clase


9. Actividades

Actividad : Link

Foro: Link