Ñemboja digital Módulo 2 - Semana 14

Sitio: Campus Virtual
Curso: Secundaria a Distancia - Aula 5
Libro: Ñemboja digital Módulo 2 - Semana 14
Imprimido por: Invitado
Día: jueves, 19 de septiembre de 2024, 22:00

1. LA APARICIÓN DE LAS NUEVAS SUBJETIVIDADES

Semana 14

La aparición de las nuevas subjetividades

Durante siglos, la cultura occidental se sostenía en algunos pilares que parecían determinados por la naturaleza y, justamente por ese carácter “natural”, no era posible concebirlos de otra manera. El hombre era quien ejercía el rol activo: tomaba las decisiones en la familia, trabajaba y participaba de la vida pública. A la mujer le estaba destinado un rol pasivo: aceptar las decisiones de los hombres (primero del padre, después del marido), ocuparse de las tareas domésticas y no mucho más. Esta distinción entre roles “activos” y “pasivos” llevaba a que el apetito sexual del hombre fuera visto como medida de su masculinidad y, por eso, era tolerable que lo satisficiera tanto en su hogar como fuera de él. Se establecía una asociación directa: a mayor apetito sexual, a mayor cantidad y variedad de mujeres con las que tuviera relaciones, mayor era su grado de hombría. Las mujeres, en cambio, debían tener un comportamiento opuesto: su apetito sexual debía estar en función de satisfacer a un único hombre y, lo que se apartara de esta lógica, era condenado por la sociedad. Tan desparejos eran los papeles que debían cumplirse, que las mujeres accedieron al derecho a votar en nuestro país recién a partir de 1951. Pero ese hecho, si bien resultó trascendental porque avaló a las mujeres a la participación en la vida pública, no alteró significativamente la lógica de los roles que cada uno debía ocupar. Ahora, quedaba aún una cuestión por tratar: ¿Qué hacer con aquellas personas que no se sentían identificadas con esos roles masculinos y femeninos? ¿Y si había algún hombre que no se sentía atraído por las mujeres? ¿Y si había alguna mujer que no estaba dispuesta a  tener relaciones sexuales con un solo hombre a lo largo de toda su vida? Más aún: ¿Y si había alguna persona que no se sintiera atraída solamente por las personas del sexo opuesto sino también por las del propio? ¿Y si había alguna persona que no se sintiera identificada con su sexo biológico, es decir, que tuviera, por ejemplo, genitales masculinos pero se percibiera como una mujer, o viceversa? Hasta hace unos años, las respuestas a estas preguntas tenían un fundamento científico: esas personas que se alejaban de los modelos esperables eran consideradas “enfermas” y, como tales, debían ser curadas. A tal punto esto era así, que la homosexualidad estuvo en la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud hasta el 17 de mayo de 1990. Estas transformaciones culturales y sociales (y seguramente algunas más) se dan en conjunto, al mismo tiempo, y nos atraviesan de una u otra manera.

2. SEXO , GÉNERO E IDENTIDAD DE GÉNERO

Sexo, género e identidad de género

El sexo, el género y la identidad de género están relacionados, pero son diferentes partes de quién es una persona. Para muchas, el sexo, el género y la identidad de género están alineados. Sin embargo, para muchas otras esto no es así.

¿Cuál es la diferencia entre el sexo, el género y la identidad de género?

Puede ser bastante fácil confundir el sexo biológico (a veces llamado “sexo asignado al nacer”) con el género y la identidad de género. Estos se relacionan, pero son diferentes.

  1. ¿Qué es el sexo?

La Real Academia Española, define al sexo como “Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas”.

Según la ciencia de la biología, el sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos de una especie dividiéndolos en masculinos y femeninos, y hacen posible la reproducción que se caracteriza por una diversificación genética. ​

El sexo, es entonces, una categoría biológica basado en los genes, hormonas y partes del cuerpo (como los genitales) con los que una persona nace. Ésta se incluye en el certificado de nacimiento y describe el cuerpo de la persona como femenino o masculino. El sexo de algunas personas no encaja en las etiquetas femenino o masculino. Sin embargo, cuando una persona tiene órganos reproductivos y sexuales diferentes a lo que comúnmente define a un hombre o una mujer, se la describe como intersexual.

El sexo asignado al nacer de una persona se basa en factores que comienzan en el momento de la fertilización (cuando un espermatozoide se une con un óvulo):

Mientras que cada espermatozoide tiene un cromosoma X o un cromosoma Y, los óvulos tienen un cromosoma X.

Cuando el espermatozoide fertiliza un óvulo, su cromosoma X o Y se combina con el cromosoma X del óvulo.

Una persona con cromosomas XX por lo general tiene órganos reproductivos y sexo femeninos. Por eso, usualmente se le asigna el sexo femenino biológico al nacer.

Una persona con cromosomas XY por lo general tiene órganos reproductivos y sexo masculinos. Por eso, usualmente se le asigna el sexo masculino biológico al nacer.

Sin embargo, de todas maneras, pueden ocurrir diferentes combinaciones de cromosomas, hormonas y partes del cuerpo. Cuando esto sucede, se considera que la persona es intersexual.

  1. ¿Qué es el género?

El género se refiere a la manera en que la sociedad cree que las personas se deben ver, mover, pensar y actuar, conforme sean niñas y mujeres, y niños y hombres. Es una categoría legal y social, y un conjunto de expectativas de la sociedad acerca del comportamiento, las características y la forma de pensar de las personas. Cada cultura tiene estándares sobre la forma en que las personas deben comportarse según su género. Por lo general también es “masculino” o “femenino”. Sin embargo, en lugar de estar relacionado con las partes del cuerpo, tiene que ver con cómo se espera que te comportes según tu sexo.

Es fácil confundir el sexo y el género. Para diferenciar se debe recordad que, el sexo biológico o asignado al nacer se trata del cuerpo: la biología, la anatomía y los cromosomas. Mientras que el género es el conjunto de expectativas, estándares y creencias que tiene la sociedad sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres.

  1. ¿Qué es la identidad de género?

La identidad de género es como una persona se siente en su interior y como expresas su género a través de tu manera de vestir, de comportarse y de su apariencia personal.

Las personas expresan su género de muchas maneras.

La mayoría de las personas se sienten hombre o mujer. Sin embargo, algunas personas sienten que son mujeres masculinas u hombres femeninos, y algunas personas no se sienten ni hombre ni mujer. Estas personas pueden elegir definirse como “intergénero” (o genderqueer), de “género variante” o “género fluido”. Estos son algunos ejemplos de identidad de género.

Para algunas personas, su sexo asignado al nacer y su identidad de género coinciden o están relacionados. A estas personas se las define como “cisgénero”. Sin embargo, hay personas que sienten que su sexo asignado es diferente a su identidad de género (por ejemplo, su sexo asignado es femenino, pero su identidad de género es masculina). A estas personas se las llama “transgénero” o “trans”.

  1. ¿Qué es la intersexualidad?

 “Intersexual” es un término que se usa para describir de manera general a todas las personas que tienen cuerpos que no coinciden con lo estrictamente masculino o femenino. La intersexualidad puede aparecer de muchas y diferentes maneras.

 “Intersexual” es un término que se usa para definir a todas las personas que nacen con órganos reproductivos o sexuales que no se ajustan a lo que tradicionalmente se considera “masculino” o “femenino”. A veces, cuando nace un bebe intersexual, le hacen cirugías para que su cuerpo coincida con las ideas binarias que se tienen de lo que es el sexo “masculino” y “femenino”.

También, cuando nace un bebé intersexual, se le asignan un sexo legal (masculino o femenino en la mayoría de los estados). Sin embargo, así como ocurre con las personas que no son intersexuales, esto no quiere decir que, al crecer, la persona tendrá una identidad de género que coincida con su sexo asignado al nacer. Por todo esto, muchas personas se preguntan si es correcto o no hacerles a los niños procedimientos médicos que en realidad no son necesarios para su salud.

Ser intersexual quiere decir la persona nació con una variación que ocurre de manera natural en los seres humanos. No es un problema médico, por lo que las intervenciones médicas en los niños (como las cirugías o terapia hormonal) no son necesarias por razones médicas. También, ser intersexual es más común de lo que la gente piensa. Es difícil saber cuántas personas intersexuales hay, pero se estima que entre 1 a 2 de cada 100 personas que nacen en los Estados Unidos son intersexuales.

Hay muchas maneras en las que alguien puede ser intersexual. Algunas personas intersexuales tienen genitales u órganos internos que no se ajustan a las categorías tradicionales de “masculino” o “femenino” (como sucede en el caso de las personas que tienen tejido de ovarios y también de testículos). Otras personas intersexuales tienen combinaciones de cromosomas, por ejemplo XXY, que son diferentes a la XY (generalmente asociada con masculino) o XX (generalmente asociada con femenino). También, algunas personas nacen con genitales externos que se ajustan a las categorías asociadas con masculino/femenino, pero sus órganos internos u hormonas no se ajustan.

Si al momento de nacer, los genitales de una persona son diferentes, entonces puede que la persona sea identificada como intersexual desde ese momento. Sin embargo, también puede ocurrir que una persona no sepa que es intersexual hasta más adelante en su vida, cuando pasa por la pubertad. También, en ocasiones una persona puede vivir toda su vida sin descubrir que es intersexual.

3. ROLES Y ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Roles y estereotipos de género

Como ya lo vimos anteriormente, nuestra sociedad tiene un conjunto de ideas sobre cómo se espera que los hombres y las mujeres se vistan, se comporten y se presenten.

a)      ¿Qué son los roles de género?

Los roles de género en la sociedad definen cómo se espera que las personas actúen, hablen, se vistan, se arreglen y se comporten según el sexo asignado al nacer. Por ejemplo, se espera que las mujeres y las niñas se vistan de forma femenina y que sean educadas, complacientes y maternales. A su vez, se espera que los hombres sean fuertes, agresivos e intrépidos.

Cada sociedad, grupo étnico y cultura tiene expectativas en relación con los roles de género, pero estos pueden variar mucho entre un grupo y otro. También pueden cambiar con el tiempo dentro de la misma sociedad.

b)     ¿Cómo afectan los estereotipos de género a las personas?

Un estereotipo es un prejuicio o creencia ampliamente aceptado sobre una persona o sobre un grupo, que suele ser una simplificación excesiva y que no siempre es preciso. Los estereotipos acerca del género pueden hacer que se trate de manera desigual e injusta a otras personas por su género. Esto se llama “sexismo”. En este punto podemos recuperar lo aprendido con respecto a la desigualdad de género que hemos trabajado previamente.

Hay cuatro tipos de estereotipos de género básicos:

·        Características de la personalidad: por ejemplo, usualmente se espera que las mujeres sean complacientes y emotivas, y que los hombres sean seguros de sí mismos y agresivos.

·        Comportamientos domésticos: por ejemplo, algunas personas esperan que las mujeres se encarguen de los niños, cocinen y limpien la casa, mientras que los hombres se encargan de las finanzas, del automóvil y de las reparaciones del hogar.

·    Ocupaciones: algunas personas asumen rápidamente que los profesores y enfermeros son mujeres, mientras que quienes se dedican a la medicina, a la ingeniería o a volar aviones son hombres.

·             Aspecto físico: por ejemplo, se espera que las mujeres sean delgadas y elegantes, mientras que se espera que los hombres sean altos y musculosos. También se espera que los hombres y las mujeres se vistan y se arreglen de acuerdo con los estereotipos de su género (los hombres con pantalones y pelo corto, y las mujeres con vestidos y maquillaje).

La hiperfeminidad es la exageración de los estereotipos de comportamiento que se consideran femeninos. Las personas hiperfemeninas exageran las características de lo que creen que es femenino. Esto puede incluir comportamientos pasivos, ingenuos, de inocencia sexual, suaves, coquetos, delicados, maternales y complacientes.

La hipermasculinidad es la exageración de los estereotipos de comportamiento que se consideran masculinos. Las personas hipermasculinas exageran las características de lo que creen que es masculino. Creen que deben competir con otros hombres y dominar a las personas femeninas con comportamientos agresivos y astutos, tener mucha experiencia sexual, ser poco sensibles, físicamente imponentes, ambiciosos y exigentes.

Estos estereotipos de género exagerados pueden hacer que las relaciones entre las personas sean difíciles. Las personas hiperfemeninas tienen más probabilidades de soportar el abuso físico y emocional de parte de sus parejas. Las personas hipermasculinas tienen más probabilidades de ser física y emocionalmente violentas con sus parejas.

Los estereotipos de género extremos son dañinos porque no permiten que las personas expresen completamente lo que piensan ni sus emociones. Por ejemplo, es dañino para las personas masculinas creer que no deberían llorar o expresar sus emociones. Al mismo tiempo, es dañino para las personas femeninas creer que no deberían ser independientes, inteligentes o firmes. Romper con los estereotipos de género hace que las personas puedan ser tal como son.

4. ¿CÓMO APARECEN LAS CUESTIONES DE GÉNERO EN LA LENGUA?

 

 

¿Cómo aparecen las cuestiones de género en la lengua?

La forma en la que usamos la lengua suele dar un lugar de privilegio al género masculino. Por ejemplo, las palabras están en los diccionarios enunciadas en su forma masculina. También es posible señalar que el término “hombre” puede incluir a las mujeres en usos tales como “el hombre es un ser social”, lo que no sucede a la inversa: si se habla de “La Historia de la Mujer”, de ningún modo se entiende que allí podrían incluirse personas de género masculino. En ejemplos cotidianos, puede ocurrir que una persona entre a una sala y diga “pónganse todos de pie” y que se paren tanto los hombres como las mujeres; pero no sucedería lo mismo si dijera “pónganse todas de pie” ya que los varones no se sentirían incluidos en ese “todas”. A partir de estas situaciones, y en combinación con el uso de las nuevas tecnologías, desde hace unos años han empezado a aparecer formas alternativas frente a situaciones de este tipo. Una de ellas es la utilización del símbolo ‘@’ que englobaría a ambos géneros ya que pareciera combinar la ‘a’ y la ‘o’; otra es la utilización de la ‘x’. Así, en algunos casos puede leerse: “L@s espero a tod@s” o “Lxs espero a todxs”, lo que parece subsanar la cuestión del machismo en la lengua escrita pero no en la oralidad: ¿Cómo se leerían esas frases en voz alta? La cuestión radica en que el castellano tiene género femenino, género masculino, incluso excepcionalmente género neutro (aquello que no es ni masculino ni femenino; por ejemplo, en casos como “lo bueno”, “lo externo”), pero no contempla un género “integrador” en el que confluyen lo masculino y lo femenino sin que lo femenino se incorpore a lo masculino. Quizás, una posibilidad sea pensar en el uso de la letra ‘e’ para resolver estas cuestiones; en el ejemplo anterior, alguien que entre a una sala podría decir: “pónganse todes de pie”.

5. ¿CÓMO APARECEN LAS CUESTIONES DE GÉNERO EN LA LITERATURA?

En tanto manifestación social, la literatura está atravesada (no podría no estarlo) por estas cuestiones. Por eso, no puede ser entendida aislada de su contexto. Entonces, si en la sociedad emergen nuevas identidades, nuevas subjetividades, también lo harán en la Literatura. Una pieza literaria que evidencia estas cuestiones es la canción “Malo” interpretada por “Bebe” una cantautora y actriz oriunda de España. La letra del tema relata situaciones de violencia doméstica que vive la protagonista de parte de un hombre con quien vive. En el discurrir de la canción se deja entrever el hartazgo de la mujer, quien pretende modificar su situación denigrante a manos de un varón. Las discusiones, las peleas, los gritos no tardan en aparecer:

 

“Malo“ -    de Bebe (2004)

 

Apareciste una noche fría

con olor a tabaco sucio y a ginebra,

el miedo ya me recorría mientras cruzaba

los deditos tras la puerta.

tu carita de niño guapo se la ha ido

comiendo el tiempo por tus venas

y tu inseguridad machista se refleja

cada día en mis lagrimitas.

Una vez más no, por favor, que estoy

cansada

y no puedo con el corazón,

una vez más no, mi amor, por favor,

no grites, que los niños duermen.

una vez más no, por favor, que estoy

cansada

y no puedo con el corazón,

una vez más no, mi amor, por favor,

no grites, que los niños duermen.

Voy a volverme como el fuego,

voy a quemar tu puño de acero,

y del morao de mi mejilla saldrá el valo

pa cobrarme las heridas.

Malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

El día es gris cuando tú estás

y el sol vuelve a salir cuando te vas,

y la penita de mi corazón

yo me la tengo que tragar con el fogón.

mi carita de niña linda

se ha ido envejeciendo en el silencio,

cada vez que me dices puta

se hace tu cerebro más pequeño.

Una vez más no, por favor,

que estoy cansada y no puedo con el

corazón,

una vez más no, mi amor, por favor,

no grites, que los niños duermen.

una vez más no, por favor, que estoy

cansada

y no puedo con el corazón,

una vez más no, mi amor, por favor,

no grites, que los niños duermen.

Voy a volverme como el fuego,

voy a quemar tu puño de acero,

y del morao de mi mejilla saldrá

el valor pa cobrarme las heridas.

Malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

Voy a volverme como el fuego,

voy a quemar tu puño de acero,

y del morao de mi mejilla

saldrá el valor pa cobrarme las heridas.

Malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

malo, malo, malo eres,

no se daña a quien se quiere, no;

tonto, tonto, tonto eres,

no te pienses mejor que las mujeres.

malo, malo, malo eres,

malo eres porque quieres;

malo, malo, malo eres,

no me chilles, que me duele.

Eres débil y eres malo

y no te pienses mejor que yo ni que nadie,

y ahora yo me fumo un cigarrito

y te echo el humo en el corazoncito

porque..

Malo, malo, malo eres, tú,

malo, malo, malo eres, sí,

malo, malo, malo eres, siempre,

malo, malo malo eres.

 

 

6. LA MATRIZ HETEROSEXUAL

LA MATRIZ HETEROSEXUAL

La filósofa norteamericana Judith Butler ha desarrollado la siguiente idea: existe en nuestra sociedad una “rejilla de inteligibilidad cultural a través de la cual se naturalizan cuerpos, géneros y deseos que supone que para que los cuerpos sean coherentes y tengan sentido debe haber un sexo estable mediante un género estable”. Esa “rejilla de inteligibilidad” es llamada “matriz heterosexual” ¿Qué significa esto? Que hay un molde que nos condiciona a encasillar a cada persona en alguno de estos dos grupos: hombres o mujeres. Lo que postula Butler es que estamos condicionados a asignarle un género a cada persona y, si no podemos hacerlo, la sensación es que algo estaría fallando.

Otro texto en el que aparecen tensionadas las categorías tradicionales de género es “Nocturno tenue por Libertad Lamarque” de Juan Carlos Mondragón. El cuento, ambientado en París, narra la historia de amor entre un cantante cubano, José Palacios, y un bandoneonista uruguayo, Aldo Scalabrini.

Así comienza:

 

De verdad cariñito, los sudamericanos nos conocemos poco entre nosotros.

Había sido otra noche sin que nadie del público le pidiera a Gilda un bis antes de bajar del escenario. Con larguísima boquilla de nácar y un cigarrillo oriental recién encendido, la primera bocanada de humo desplegándose en volutas turcas envolvió en una esfera gris espesa y transparente la cabeza del muchacho de cabello ensortijado, motitas engominadas y mirada dulcísima. Abrumado por esa turbonada interior de tabacal exótico y ejercicios bronquiales de absoluta pericia, Aldo Scalabrini, Raúl San Martín para las postergadas marquesinas, se la quedó mirando como quien encuentra un marabú gigante en la bañera. Ella, la única, estaba un poco ebria y exudaba aromas contradictorios de lociones baratas superpuestas al desgano con el perfume inconfundible de axilas depiladas a gillette y testículos comprimidos durante muchas horas de actuación. La seducción de Gilda necesitaba reciclarse de continuo en cualquier circunstancia, ponerse a prueba a toda hora para acentuar más el error del pasaporte: José Palacios.

 

Fragmento de Nocturno tenue por Libertad Lamarque,

de Juan Carlos Mondragón (1993).

 

 

 

8. Video de clase

9. Actividades

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