Ñemboja digital Módulo 3 - Semana 4
Sitio: | Campus Virtual |
Curso: | Secundaria a Distancia - Aula D |
Libro: | Ñemboja digital Módulo 3 - Semana 4 |
Imprimido por: | Invitado |
Día: | domingo, 22 de diciembre de 2024, 10:30 |
1. DOGMA Y PENSAMIENTO CRÍTICO
2. ¿QUÉ ES EL DOGMATISMO?
El dogmatismo es una posición filosófica que opera
con conceptos y fórmulas a los que se acepta sin cuestionarlos.
Los conceptos y fórmulas de los dogmatismos se llaman
“dogmas”. Un dogma es una afirmación o idea aceptada como
verdadera sin crítica o examen y sobre la que se construye un sistema
filosófico. Un dogmático es el que acepta el dogma e incita a los
demás a proceder según lo establecido.
El dogmatismo puede definirse como la inclinación a
los dogmas, o sea, a exigir que una verdad sea aceptada sin posibilidad de cuestionamiento.
En el ámbito religioso, un dogma es una afirmación
considerada verdad por haber sido revelada por Dios. Los dogmas
religiosos deben ser reconocidos por la Iglesia o la institución
correspondiente.El dogma constituye un objeto obligado de fe para todo
creyente.
2.1. Tipos de dogma
Lo dogmático tiene distintos
sentidos según el uso que se le dé. Así,existen los dogmas religiosos,
jurídicos y científicos, entre otros.
·Dogma
religioso.
Es toda idea sobre Dios dada por verdadera e inamovible. No se puede exigir evidencia
del carácter verdadero de un dogma religioso. Por ejemplo, la Iglesia Católica
sostiene que Dios es una trinidad, compuesta por padre, hijo y espíritu santo,
y esta es una verdad que no se cuestiona.
·Dogma
jurídico.
Es toda idea de carácter jurídico, vinculada al derecho. Los dogmas jurídicos
son abstracciones de las normas jurídicas, que son las normas que permiten el
funcionamiento del sistema legal de cada país. Por ejemplo, en una Constitución
suele haber una parte dogmática en la que se establecen los derechos básicos
que deben aceptarse.
·Dogma
científico.
Es toda teoría que describe fenómenos observables y cuantificables que son
aceptados por la comunidad científica bajo un paradigma determinado. Por
ejemplo, la teoría de la gravedad funciona como un dogma científico en todos
los sistemas de pensamiento.
2.2. Dogmatismo y escepticismo
Los dogmáticos, como
el matemático Pitágoras, confiaban en la razón. El
dogmatismo y el escepticismo son posturas antagónicas.
En la Antigüedad fueron
movimientos filosóficos contrarios. Mientras que los escépticos sostenían que
es imposible alcanzar la verdad respecto al mundo, los
dogmáticos creían en la razón como vía de acceso a la verdad.
Sin embargo, algunas
formas de escepticismo tienen dosis de dogmatismo. Por ejemplo,
la suspensión del juicio propuesta por Pirrón (360-270 a. C.), que es un método
escéptico para poner en duda las verdades comunes, suele aparecer junto a la
tesis ontológica (en relación al ser) de que la realidad es indeterminada, que
es tomada como una afirmación dogmática.
3. EL PENSAMIENTO CRÍTICO
El pensamiento crítico no es
un concepto nuevo ni mucho menos, de hecho su origen se remonta a la
antigua Grecia: Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica, Aristóteles y
su retórica. Aunque no fue a ellos sino al filósofo Max Black a quien
se le atribuye la paternidad del término, que utilizó como título de un libro
de lógica en 1946.
Hay tantas definiciones como
expertos han tratado el tema, pero quizás una de las más simples y precisas es
la que hizo Francis Bacon —no confundir con el pintor— en 1605. "El
pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la
afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar,
el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura".
Desde una perspectiva más moderna, el pensamiento crítico se entiende
como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en
especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el
contexto de la vida cotidiana.
3.1. ¿Para qué sirve el pensamiento crítico? Ventajas
El sentido crítico nos ayuda a discernir entre argumentos mediocres y brillantes, a distinguir la información de valor de la prescindible, a desmontar prejuicios, a hallar conclusiones bien fundamentadas, a generar alternativas, a mejorar la comunicación y, en definitiva, a ser dueños de nuestro pensamiento y actuar en consecuencia. Aunque es una actividad cognitiva estrechamente relacionada con la razón, la finalidad del pensamiento crítico está orientada a la acción y es aplicable a cualquier aspecto de nuestro día a día, incluida la resolución de problemas o la toma de decisiones, por lo que su ámbito de influencia va desde el personal al laboral.
3.2. ¿Se puede adquirir el pensamiento crítico?
Algunos expertos consideran que sí, sobre todo si esa formación comienza en la etapa escolar. En la edad adulta se vuelve más complicado, pero hay algunas actitudes que pueden ayudar: analizar la información en pequeñas dosis —la importancia de los detalles y la búsqueda de los matices—, practicar la curiosidad y el escepticismo —hacerse preguntas y contrastar a través de otras fuentes— y cuestionar todo lo que nos dicen — sobre todo, si va en línea a nuestras propias creencias.
3.3. Siete Factores Clave Del Pensamiento Crítico
Los
doctores Richard Paul y Linda Elder, investigadores de The Critical Thinking
Organization, han determinado siete estándares intelectuales universales que
deben aplicarse al pensamiento cada vez que se quiera evaluar la calidad de un
razonamiento. Son los siguientes y cada uno guarda relación con su antecesor:
Claridad
Si
un razonamiento no es claro, quien lo recibe tampoco puede valorar si la idea
es cierta o relevante ni lanzar contraargumentos. En este caso conviene
realizar preguntas como "¿podrías ponerme un ejemplo?" que ayuden a
comprender, e incluso, visualizar la idea.
Veracidad
Una
proposición puede ser clara, pero no exacta. Las vaguedades y las ambigüedades
con enemigas de un mensaje sólido. Lanzando preguntas como "¿cuál es la
fuente?" nos aseguramos de que la proposición, si procede de fuentes
fiables, sea veraz.
Precisión
Una
proposición como, por ejemplo, "esa chica es bastante alta" puede ser
cierta y veraz, pero adolece de precisión. Ante una afirmación de estas
características hay que solicitar más detalles: "¿puedes ser más
específico?" o "¿cuánto mide exactamente?".
Pertinencia
Una
proposición puede ser clara, veraz y precisa, pero no pertinente. Con esto nos
referimos a si guarda relación directa con, por ejemplo, el tema a debate. Para
asegurarnos de su pertinencia podemos cuestionar al interlocutor sobre cómo
conecta con el tema.
Profundidad
Una
proposición puede ser clara, veraz, precisa y pertinente, pero carecer de
profundidad. Por ejemplo, la frase "No a las drogas", utilizada para
disuadir de su consumo, aborda un problema muy complejo de forma superficial.
"¿Podrías darme argumentos?" es la pregunta a realizar en este caso.
Amplitud
Una
proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente y profunda, pero no ser
lo suficientemente amplia al no tener en cuenta otros puntos de vista.
Preguntas como "¿hay otra manera de abordar este problema?" ayudan a
coger perspectiva.
Lógica
Una
proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente, profunda y amplia,
pero no tener lógica. Cuando argumentamos ponemos diferentes pensamientos en
orden. Si dichos pensamientos se apoyan mutuamente, el pensamiento es lógico.
Si por contra no se respaldan o son contradictorios, entonces la combinación no
es lógica.
4. LA ARGUMENTACION
La argumentación es un proceso discursivo utilizado para defender
una postura o demostrar una proposición, mediante la exposición de razonamientos.
Su objetivo es influir en la persona a quien va
dirigida, de manera que cambie su opinión y acepte la postura defendida.
Pretende llegar a un consenso a través del entendimiento.
Para ello, es importante que el autor (u orador) tenga receptores a los
que dirigirse, es decir, lectores u oyentes a quienes expresar su argumento.
Además, es necesario que exista una dialéctica, una disparidad de
opiniones que generen un motivo de discusión, algo de lo que persuadir al
auditorio.
El contexto de la argumentación es el conjunto
de circunstancias en el que esta se desarrolla. Es decir, la situación que
propicia el proceso argumentativo, el código lingüístico empleado por el
emisor, los juicios y opiniones previamente concebidas por el receptor, etc.
La argumentación se utiliza habitualmente en ámbitos como el científico,
el académico, el político o el jurídico, tanto por escrito como de forma oral.
4.1. Características de la argumentación
·La argumentación se basa en la dialéctica, en la
diferencia de opiniones. Si nadie está en desacuerdo con la postura defendida,
no hay nada que argumentar.
·Dentro de la argumentación participan diferentes elementos:
objeto de la argumentación, emisor, receptor, argumentos, marco o contexto,
etc.
·La argumentación tiene una estructura definida,
integrada por una tesis o postura a defender, unos argumentos que sostienen esa
postura a través de premisas que derivan en una conclusión.
·El discurso argumentativo se caracteriza por ser coherente,
es decir, las ideas que expresa van enlazadas y mantienen una relación lógica,
no se contradicen.
·Para conectar las distintas partes del discurso se
vale de recursos
lingüísticos como nexos, conectores textuales y figuras
retóricas.
·El lenguaje en la argumentación cumple una función
apelativa, es decir, la intención del emisor es influir en el
receptor, modificar su opinión.
4.2. Tipos de argumentación
La argumentación puede variar en función del objeto o la intención de
esta, de sus elementos, su estructura y su lenguaje. Existen diferentes tipos
de argumentación que se ajustan a los diferentes escenarios.
Argumentación científica o
demostrativa
Es el tipo de argumentación utilizada para defender y demostrar nuevas
teorías o descubrimientos dentro de la comunidad científica.
La argumentación científica o demostrativa se basa en el pensamiento
racional para elaborar argumentos irrefutables, que son tan sólidos como
complejos. Emplea argumentos deductivos para alcanzar conclusiones verdaderas a
través de premisas que también lo son.
Argumentación probable o
persuasiva
Es la argumentación empleada para manifestar ideas u opiniones, como
contraposición a la demostración científica.
Esta modalidad es aplicable a temas o discusiones menos formales, el
objeto de la argumentación, en este caso, no necesita de la lógica o el
pensamiento racional. Los argumentos empleados no se valen del conocimiento,
sino de criterios probables o comúnmente admitidos.
5. EL ARTE Y EL PENSAMIENTO CRÍTICO
En el mundo actual, donde la innovación y la adaptabilidad son habilidades clave es fundamental cultivar la creatividad y el pensamiento crítico para estar preparados para los desafíos del siglo XXI. Exploraremos el papel crucial que desempeñan las artes en este proceso.
1.La Creatividad como Motor
del Cambio: La creatividad es la fuerza impulsora detrás de la
innovación y el progreso. Las artes proporcionan un espacio invaluable para
explorar, experimentar y expresarse de maneras únicas. Desde la pintura y la
música hasta el teatro y la danza, cada forma de arte nutre la creatividad de
manera diferente, permitiendo que las personas descubran y desarrollen sus
talentos individuales.
2.El Pensamiento Crítico a
Través de las Artes: Las artes también
promueven el pensamiento crítico al desafiarnos a analizar, interpretar y
cuestionar el mundo que nos rodea. Al interpretar una obra de arte, escribir
una pieza teatral o componer una melodía, desarrollamos habilidades de análisis
y síntesis que son esenciales en todas las áreas de la vida.
3.Celebrando la Diversidad
Cultural a Través del Arte: Las artes también
desempeñan un papel fundamental en la celebración de la diversidad cultural. A
través del estudio de diferentes formas de arte de todo el mundo, podremos aprender
a apreciar y respetar las diversas perspectivas culturales, promoviendo así la
tolerancia y el entendimiento intercultural.
6. EL ARTE COMO MOTOR DE LA DEMOCRACIA
Las artes son emociones. La democracia, en cambio, se corresponde con la
política que, en un sentido estricto, debieran ser decisiones racionales. Sin
embargo, es muy difícil separar una cosa de la otra. No se trata de manipular
los sentimientos para producir efectos políticos, sino de activar las emociones
para “conmover” a las personas a que se sientan parte de una comunidad.
La democracia se sustenta en la soberanía popular y ese pueblo, esa
ciudadanía necesita canales eficaces para poder participar en los procesos de
toma de decisiones políticas. Los debates políticos por sí solos no producen
mucha atracción, razón por la cual son necesarias formas de “llamar” que puedan
ser eficaces.
Pero no solo llamar, también entusiasmar o ilusionar. Que la persona
llamada se pueda sentir parte de esa comunidad sobre la cual va a hacer sus
aportaciones para definir las decisiones políticas que deban transformar una
realidad concreta.
La participación en democracia se suele identificar con el voto, ya sea
para elegir representantes ya sea para tomar una decisión en un referéndum. El
voto es el icono de la democracia y parece que la democracia se reduce a ese
hecho cargado de liturgia.
Sin embargo, debemos reconocer que existe otra dimensión del sistema
democrático que no consiste solo en el voto. Hablamos de la dimensión
deliberativa o dialógica de la democracia, aquella en la que lo importante es
el debate, el contraste de argumentos, la puesta en común de diferentes
opiniones para construir propuestas o hacer aportaciones a determinadas
actuaciones públicas que afectan al conjunto de la ciudadanía. Para este tipo
de acciones la utilización de diferentes artes, particularmente las escénicas
(teatro, danza cine, circo…) tienen un enorme recorrido y utilidad.
Experiencias de participación ciudadana a partir de la realización de
pequeñas piezas de teatro, del rodaje de un documental, la organización de
exposiciones fotográficas, la danza como medio de transmisión de emociones, la
lectura de poemas, las pinturas murales de forma colectiva para expresar
sentimientos o ideas de mejora en el barrio o la ciudad
Realmente la combinación de este tipo de “actuaciones” tiene mucho
impacto en los espacios en los que se producen y en las personas que los viven,
lo que estimula la participación y un mayor grado de implicación colectiva.
Sobre todo, se produce el fenómeno de la “comunitarización”, de sentirse parte
del grupo, de algo más que el entorno más inmediato y propio de una persona,
como sus amigos o familia.
No debiera confundirse la utilización de las artes para favorecer la
participación ciudadana y, consecuentemente, la democracia con la acción de
algunos ’lobbies’ políticos que utilizan las emociones y
estimulan los marcos cognitivos para provocar reacciones favorables a sus
intereses. El día a día en las ciudades está plagado de acciones de este tipo.
Se trata de reconocer la vertiente espiritual de toda persona, su capa emocional más o menos activa, más o menos dormida. Una vez reconocida su existencia podremos colegir que si se activa en positivo puede favorecer la creatividad en la búsqueda de soluciones a los problemas que se plantean en la comunidad.
Vemos que el
arte puede (y de hecho lo es) ser muy movilizador. En toda época y en todo
lugar.
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