2. LA INFLACIÓN
Este aumento que vemos debe ser sostenido, o sea mantenerse en el tiempo, y generalizado, lo que implica que debe afectar a la totalidad (o la mayoría) de los bienes y servicios de una economía. Es decir que si el incremento fuese estacional y de solo algún producto específico no hablaríamos de inflación.
Veamos un ejemplo; vamos a la frutería a comprar frutillas en agosto (que empieza su temporada) y pagamos por ellas un precio determinado, en septiembre/octubre la cosecha es tanta que se consiguen en varios lugares y el precio baja. Para noviembre o diciembre empiezan a escasear y solo se consiguen en supermercados en forma congelada, pagando eso sí un precio mayor.
Pero en esos meses en la frutería conseguimos a buen precio la sandía.., que aumentará el valor para abril/mayo cuando termine su temporada. En estos ejemplos no podríamos hablar de inflación cuando suben su valor por la escasez, o de deflación (el proceso inverso) cuando disminuya.