4. EL INTERÉS SIMPLE

En el caso del interés simple, se asume que en cada unidad de tiempo transcurrida se suma una cantidad proporcional al capital inicial, siendo la constante de proporcionalidad la misma tasa de interés. En una operación en la que se aplica el interés simple, el capital inicial se incrementa a lo largo del tiempo de acuerdo a una progresión aritmética y cada periodo de tiempo que transcurra adiciona la misma suma de dinero al capital inicial.

Por ejemplo, un capital de $ 1.000 se deposita a una tasa de interés simple del 3% mensual durante 5 meses. Esto significa que al finalizar cada mes se agrega al capital una suma igual a $ 1.000 x 3 % (o 3 dividido 100) = $ 30. Por lo tanto el capital se irá incrementando mensualmente de acuerdo a una progresión aritmética de razón 30. Al final de los 5 meses tendremos un capital final de $1.150 (los 1.000 originales más $150 resultantes de obtener $30 por mes durante 5 meses)

La idea del interés simple es, como su nombre lo indica, utilizada en operaciones sencillas de créditos o deudas. Podemos verlo en ventas a plazo donde, entonces, bastará, para lograr su cálculo, multiplicar el capital por la tasa y por la cantidad de periodos de tiempo hasta su vencimiento.


Entonces tenemos que I = C0 x i x n

Donde

I = Interés

C0 = Capital Original (en el momento “0”)

i = tasa de interés

n = cantidad de periodos de tiempo

 

También Cn = C0 + I

Reemplazando Cn = C0 + C0 x i x n

Y Cn = C0 x (1 + i x n)

Donde Cn = Capital Final (en el momento “n”)

Solo para recordar y aclarar, la tasa de interés “i” (que normalmente la mencionamos como un porcentaje) es una división de base 100. Podemos entonces decir que 5% = 5/100 o 0,05.