4. LA INTERACCIÓN CON EL AMBIENTE

Habitualmente se diferencia entre sistemas abiertos y sistemas cerrados, es decir aquellos que tienen fuertes vinculaciones con el exterior de aquellos que se caracterizan por funcionar sin importar el medio que lo rodea: aunque la definición formal de sistema cerrado exige que la vinculación con el exterior sea nula, en general la división se hace respecto a si el intercambio es cuantioso o es más bien insignificante.
Los sistemas abiertos, son aquellos que intercambian una gran cantidad de materia y energía con el exterior. En la mayor cantidad de esos casos, este intercambio incluso es responsable del normal funcionamiento del sistema, y sería imposible que pueda seguir funcionando sin la posibilidad de intercambiar materia o energía con el medio.
Los sistemas cerrados son aquellos que tienen un comportamiento autónomo, y no tienen una interacción con otros agentes físicos situados fuera de él. No existe una relación de causalidad ni una correlación con nada que esté por fuera, y por lo tanto pueden sobrevivir en base a sus propios mecanismos de funcionamiento
En general podemos inferir que las organizaciones son sistemas abiertos, ya que interactúan con el ambiente o contexto. La noción de ambiente hace referencia al medio que contiene a la organización y con el cual establece relaciones de intercambio. Como este ambiente es dinámico la organización deberá ser lo más flexible que pueda de modo de adaptarse a él.