1. Cultura

1.5. La contracultura

Hablamos de contracultura para referirnos a los grupos sociales que -a diferencia de los miembros de las subculturas- buscan enfrentarse plenamente a la cultura hegemónica. El término surge en los Estados Unidos, en los años 60, en referencia a una generación encabezada por los beatniks y el movimiento hippie, cuya disconformidad con las normas y valores de la cultura dominante luego se extendería a numerosos sectores juveniles del mundo occidental. A lo largo de la historia, podemos considerar como ejemplos de movimientos contraculturales al romanticismo del siglo XIX, la bohemia de comienzos del siglo XIX o las diferentes ramificaciones del movimiento punk.

En lo que respecta a la validez y respeto de las diferentes culturas, hay dos posturas bien opuestas:

Etnocentrismo:

Es la corriente antropológica que manifiesta que hay una etnia que es superior, más evolucionada y civilizada que las otras. Etno significa etnia, es decir, se considera que una etnia es el centro de la civilización. Desde la perspectiva del etnocentrismo se consideraba la historia del género humano como una historia única, incluso en el aspecto cultural, idea bajo la que subyacía el supuesto de una única línea de evolución que va desde los otros hasta nosotros, de manera que también se consideraban los supuestos estadios evolutivos como otros tantos pasos hacia la realización de la sociedad civilizada.

Relativismo cultural:

Otra corriente es el relativismo cultural. Su filosofía defiende la validez y riqueza de todo sistema cultural y niega cualquier valoración absolutista moral o ética de los mismos. Se opone al etnocentrismo y al universalismo cultural —de carácter positivista— que afirma la existencia de valores, juicios morales y comportamientos con valor absoluto y, además, aplicables a toda la humanidad. El etnocentrismo suele implicar la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que algunos o todos los aspectos de la cultura propia sean superiores a los de otras culturas. El relativismo, en cambio, asevera que todas las culturas tienen igual valor, y ninguna es superior a otra pues todos los valores son considerados relativos adecuados a una situación sociohistórica.