2. Flujos de ingresos y egresos distribuidos a lo largo del tiempo

Por su parte la situación financiera tiene que ver con los flujos de ingresos y egresos distribuidos a lo largo del tiempo.
En el primer caso, la relación entre los bienes de una familia y sus deudas está muy asociada al consumo de bienes duraderos principalmente, tales como una casa, un automóvil, etc. Cuando analizamos el caso de los ingresos y egresos por período, las decisiones que toman las familias o los individuos determinan si va a existir capacidad de ahorro o no. Si los ingresos son superiores a los consumos se genera un excedente, denominado ahorro, que en definitiva es dinero destinado a consumo futuro. Si sucede a la inversa (consumo mayor al ingreso) estamos en la situación opuesta, no sólo no se puede ahorrar para el futuro, sino que se está comprometiendo el consumo futuro en pos de solventar los gastos del consumo actual. 
¿Deberíamos financiar de la misma manera un electrodoméstico que unas vacaciones? En principio no. A un electrodoméstico lo podríamos estar utilizando por un período largo de tiempo, unos 5 o 10 años, mientras que unas vacaciones pasan rápido, una semana, quince días, un mes. En este caso se recomienda que al electrodoméstico se lo pueda financiar con crédito, mientras que las vacaciones deberían pagarse con ahorros previos. 
Aquí ya nos vamos acercando un poco más al concepto de lo financiero.
Sin embargo, la planificación financiera personal y familiar va más allá de la distribución y organización de los flujos de dinero a lo largo del tiempo. Implica también la toma de decisiones para la reducción del
riesgo que implique erogaciones financieras futuras. En esos casos las decisiones que toman las familias incluyen la contratación de seguros, tales como los de responsabilidad civil, los de protección de bienes
(seguro del hogar, seguro automotor), la contratación de seguros de vida, la protección en caso de enfermedad con obras sociales o medicina prepaga, etc.