2. El turismo rural

El turismo rural apunta a promover la recuperación de culturas y costumbres autóctonas, rescatar el valor de las comunidades locales, ofrecer la oportunidad de alejarse de las grandes ciudades y vivenciar el paisaje rural con su geografía, su naturaleza, sus oficios y sus tradiciones locales. 
Así recobra el turismo su esencia básica: tender puentes, acercar a las personas, estrechar lazos y fortalecer la comprensión de lo diverso, descubriendo a la vez lo que nos une e iguala. 
Según la OMT el turismo urbano es “un tipo de actividad turística que tiene lugar en un espacio urbano con sus atributos inherentes caracterizados por una economía no agrícola basada en la administración, las manufacturas, el comercio y los servicios y por constituir nodos de transporte. Los destinos urbanos ofrecen un espectro amplio y heterogéneo de experiencias y productos culturales, arquitectónicos, tecnológicos, sociales y naturales para el tiempo libre y los negocios”.