En una publicación de 1855, Amado
Bonpland –el célebre naturalista, médico y botánico
francés radicado en Argentina-, recomendó visitar los Tres Cerros del
pueblo de La Cruz, en Corrientes. “El reino animal es
muy extenso, y no se conoce sino de un modo superficial, interesa mucho
estudiarlo y hacer una colección completa de él”, escribió. Más de un siglo y
medio después, sus observaciones se comprobaron a través de estudios
desarrollados por diversos grupos de investigadores del CONICET, que
verificaron que constituyen un paisaje único en el litoral mesopotámico y
descubrieron nuevas especies de anfibios y reptiles. Entre los hallazgos más importantes que se realizaron en
los últimos años en el paraje –cuya denominación proviene del guaraní Ybyty Mbohapy,
nombre que le dieron los nativos de la zona y que puede traducirse como Tres
Cerros- se destaca el de una especie endémica de lagartija nocturna
llamada Homonota
taragui. En lo que respecta a la botánica, la diversidad es
muy amplia e incluye géneros vegetales que fueron identificados por primera vez
en Argentina. Para preservar y continuar estudiando las
particularidades de este ecosistema, que está conformado por islas rocosas
que alcanzan una altura de 179 metros sobre el nivel del mar y son las únicas
elevaciones de este tipo en Corrientes, en 2014 se creó una reserva
natural que abarca a dos de los tres cerros: Nazareno y
Chico. En agosto de 2016 se dio un paso más para la valorización de este
espacio, con la habilitación de un circuito eco-turístico, que permite el
desarrollo de visitas guiadas, que están a cargo de equipos que fueron
especialmente capacitados por los científicos. Los estudios permitieron identificar más de 60 especies
de anfibios y reptiles, 50 de peces y
alrededor de 200 aves y 22 de
mamíferos. En tanto, equipos del Instituto de Botánica del
Nordeste (IBONE, CONICET – UNNE) retomaron las líneas iniciadas décadas atrás,
lo que permitió contabilizar alrededor de 300 especies de plantas,
entre ellas 50 que corresponden a árboles.