3. EL PENSAMIENTO CRÍTICO

3.3. Siete Factores Clave Del Pensamiento Crítico

Los doctores Richard Paul y Linda Elder, investigadores de The Critical Thinking Organization, han determinado siete estándares intelectuales universales que deben aplicarse al pensamiento cada vez que se quiera evaluar la calidad de un razonamiento. Son los siguientes y cada uno guarda relación con su antecesor:
Claridad
Si un razonamiento no es claro, quien lo recibe tampoco puede valorar si la idea es cierta o relevante ni lanzar contraargumentos. En este caso conviene realizar preguntas como "¿podrías ponerme un ejemplo?" que ayuden a comprender, e incluso, visualizar la idea.
Veracidad
Una proposición puede ser clara, pero no exacta. Las vaguedades y las ambigüedades con enemigas de un mensaje sólido. Lanzando preguntas como "¿cuál es la fuente?" nos aseguramos de que la proposición, si procede de fuentes fiables, sea veraz.
Precisión
Una proposición como, por ejemplo, "esa chica es bastante alta" puede ser cierta y veraz, pero adolece de precisión. Ante una afirmación de estas características hay que solicitar más detalles: "¿puedes ser más específico?" o "¿cuánto mide exactamente?".
Pertinencia
Una proposición puede ser clara, veraz y precisa, pero no pertinente. Con esto nos referimos a si guarda relación directa con, por ejemplo, el tema a debate. Para asegurarnos de su pertinencia podemos cuestionar al interlocutor sobre cómo conecta con el tema.
Profundidad
Una proposición puede ser clara, veraz, precisa y pertinente, pero carecer de profundidad. Por ejemplo, la frase "No a las drogas", utilizada para disuadir de su consumo, aborda un problema muy complejo de forma superficial. "¿Podrías darme argumentos?" es la pregunta a realizar en este caso.
Amplitud
Una proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente y profunda, pero no ser lo suficientemente amplia al no tener en cuenta otros puntos de vista. Preguntas como "¿hay otra manera de abordar este problema?" ayudan a coger perspectiva.
Lógica
Una proposición puede ser clara, veraz, precisa, pertinente, profunda y amplia, pero no tener lógica. Cuando argumentamos ponemos diferentes pensamientos en orden. Si dichos pensamientos se apoyan mutuamente, el pensamiento es lógico. Si por contra no se respaldan o son contradictorios, entonces la combinación no es lógica.