El factor climático constituye uno de los componentes de mayor incidencia para la producción de alimentos. El sector agropecuario es indudablemente uno de los sectores con mayor experiencia en la adaptación a la variabilidad climática. Históricamente, ha modificado sus manejos culturales en base a los cambios observados en el ambiente.
Sin embargo, hay una diferencia entre variabilidad climática y cambio climático, que modifica sustancialmente su forma de abordaje.
La Organización Meteorológica Mundial detalla que la variabilidad climática obedece a los ciclos y las tendencias de la órbita de la Tierra, la radiación solar incidente, la composición química de la atmósfera, la circulación de los océanos, la biosfera entre otras causas. Por ejemplo: la variabilidad natural a corto plazo puede relacionarse con modelos recurrentes de presión atmosférica y circulación oceánica, como es el caso de los episodios de El Niño y La Niña.
El Cambio Climático, es definido por elIPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) como la variación del estado del clima, identificable mediante la modificación del valor medio o en la variabilidad de sus componentes, por ejemplo, en los cambios en el valor medio de la temperatura. Estos cambios, deben ser persistentes durante largos períodos de tiempo (decenios o más). El cambio climático puede deberse a procesos internos naturales o por forzamientos externos como las modulaciones de los ciclos solares, erupciones volcánicas o cambios antropógenos (causados por el hombre) persistentes de la composición de la atmósfera o del uso del suelo.
Por otra parte, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en su artículo 1°, define al cambio climático como el “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.