A mi querida y admirada Prof. Ali:
En mi rol de Asesora Pedagógica, he tenido la oportunidad de aprender, crecer y contribuir en lo posible, intentando dar lo mejor, a ...
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A mi querida y admirada Prof. Ali:
En mi rol de Asesora Pedagógica, he tenido la oportunidad de aprender, crecer y contribuir en lo posible, intentando dar lo mejor, a nuestra querida comunidad educativa. Esta función, tan desafiante como enriquecedora, me ha permitido transitar un camino de aprendizaje constante, guiado por la teoría y la práctica en un entorno en permanente cambio.
Al asumir este puesto, entendía que mi tarea principal era ser un puente entre las necesidades de los estudiantes, las expectativas de los docentes y los lineamientos educativos institucionales- jurisdiccionales. Inspirada en autores que me enseño a amar como Litwin, Heins, Davini, etc. sabía que la función de asesoría pedagógica no se limitaba a resolver problemas puntuales, sino que requería construir espacios de diálogo, promover la reflexión colectiva y acompañar los procesos de enseñanza y, de aprendizaje desde una mirada crítica y constructiva.
Desde el inicio, mi formación me había brindado herramientas teóricas clave para considerar en “día a día":
1. La centralidad de los estudiantes: Entendía la importancia de diseñar estrategias que respondieran a sus necesidades e intereses.
2. El rol mediador del docente: Reconocía el valor del acompañamiento pedagógico para fortalecer las prácticas docentes, no desde la supervisión, sino desde el asesoramiento respetuoso y situado.
3. La planificación estratégica: Sabía que la articulación de proyectos institucionales debía ser coherente con las políticas educativas y los desafíos del contexto.
Sin embargo, la experiencia me enseñó mucho más:
Escuchar y observar antes de intervenir: Las dinámicas escolares son complejas, y cada situación requiere comprender las historias individuales y colectivas antes de proponer cambios.
La importancia del acompañamiento emocional: Los docentes necesitan no solo estrategias pedagógicas, sino también un sostén emocional en contextos de alta exigencia y cambio constante.
El aprendizaje colaborativo: Trabajar codo a codo con los equipos directivos, docentes y familias enriquece las decisiones y asegura su implementación efectiva.
Adaptabilidad ante lo inesperado: Las problemáticas actuales, como la inclusión, el uso de tecnologías en el aula y las situaciones de vulnerabilidad, exigen flexibilidad y creatividad para encontrar soluciones.
Hoy puedo decir que mi rol como asesora pedagógica no es estático. Es un ejercicio de aprendizaje permanente, donde cada conversación, desafío y logro me han permitido reafirmar mi compromiso con la educación. Creo firmemente en el poder transformador de la pedagogía – didáctica como puentes hacia una escuela inclusiva, participativa y orientada a las necesidades del siglo XXI.
Con el cariño y respeto profesional de siempre, le manda un abrazo
Esperanza