El pensamiento crítico no es
un concepto nuevo ni mucho menos, de hecho su origen se remonta a la
antigua Grecia: Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica, Aristóteles y
su retórica. Aunque no fue a ellos sino al filósofo Max Black a quien
se le atribuye la paternidad del término, que utilizó como título de un libro
de lógica en 1946. Hay tantas definiciones como
expertos han tratado el tema, pero quizás una de las más simples y precisas es
la que hizo Francis Bacon —no confundir con el pintor— en 1605. "El
pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la
afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar,
el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura".
Desde una perspectiva más moderna, el pensamiento crítico se entiende
como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en
especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el
contexto de la vida cotidiana.