4. RECURSOS RENOVABLES – NO RENOVABLES – INAGOTABLES
4.2. Los Recursos No Renovables
Los recursos no renovables son
aquellos recursos naturales aprovechables
por el ser humano, que no pueden producirse o
regenerarse a un ritmo que haga sostenible su tasa de consumo. Es decir
que corren el riesgo de escasear, ya sea por
desaparición o degradación. Existen en cantidades fijas o bien son creados
naturalmente a un ritmo tremendamente lento. Los recursos naturales no renovables
son, por desgracia, algunos de los más codiciados y de los más útiles para la
sociedad industrial, especialmente aquellos que se traducen en la obtención
de energía. Así, la humanidad está constantemente en
busca de nuevas reservas o de vías alternas de obtención, cuando no de
reemplazos que, además, no conlleven el riesgo ecológico que este tipo de
recursos suelen implicar. Un claro ejemplo de este tipo de recurso
es el petróleo, un recurso natural que de seguir explotando su uso terminará
por extinguirse siendo necesario su reemplazo. Además, estos recursos
no-renovables tienen un impacto mucho mayor en prejuicio de la naturaleza que
los renovables.
Los Recursos Inagotables
Los recursos inagotables son
aquellos recursos naturales cuya
cantidad es tal que las actividades de aprovechamiento humanas no pueden
agotarlas, dado que son abrumadoramente abundantes (por eso se les conoce también
como recursos superabundantes) o poseen ritmos de creación muy superiores a los
de consumo.
Los recursos naturales inagotables son puntuales, sin embargo, y generalmente
están vinculados a la química fundamental del universo, o bien a fenómenos físicos que se
perpetúan en el tiempo, independientemente de su utilización o
no por parte de las industrias humanas. De este modo, es posible
consumirlos sin temor a que se acaben o se degraden. Obviamente, cuando catalogamos un
recurso como inagotable, lo hacemos considerando la perspectiva humana. De ese
modo, la energía del Sol es virtualmente inagotable
para nosotros hoy en día, si bien sabemos que dentro de miles de millones de
años, el Sol culminará
su ciclo de vida y emitirá
mucha menos energía, un proceso
totalmente natural para cualquier estrella.