1. Diferentes tipos de Estado según sus funciones (absolutista, liberal, de bienestar, neoliberal)
El Estado Absolutista (siglos XVI y XVIII) Según Max Weber en su libro “Economía y
sociedad”: “[El desarrollo del estado moderno] se inicia por doquier a partir
del momento en que se empieza a expropiar por parte del príncipe a aquellos
portadores [privados] de poder administrativo que figuran a su lado: aquellos
poseedores en propiedad de medios de administración, de guerra, de finanzas y
de bienes políticamente utilizables de toda clase”. O sea que el Estado moderno
aparece cuando se expropian los medios de coerción y administración que estaban
en varias manos y se centralizan en un solo poder. Más tarde se estructura bajo un marco jurídico:
el nuevo orden naciente que tiene como resultado una mayor homogeneidad de la
legalidad estatal. Esto último produjo mayor cohesión en los territorios y
predictibilidad en las decisiones administrativas. Así, se iba gestando un
poder central que unificaba la coerción y la administración, y también se iba
unificando el marco jurídico. Por eso, entre los siglos XVI y XVII el gobierno
que predominó en Europa fue la monarquía absoluta, anulando las organizaciones
políticas medievales. Más que a necesidades políticas, este
surgimiento se debió a intereses militares y económicos. Por eso, este nuevo
panorama le facilitó a la burguesía emergente el orden necesario que el
feudalismo no podía brindarle: el rey encontró en dicha burguesía una fuente de
dinero más conveniente que la que podía brindarle la nobleza. Enrique VIII en Inglaterra, Luis XIV en
Francia o Felipe II en España son ejemplos de este poder absoluto. El poder se
concentraba en manos del monarca, quién sólo respondía por sus actos ante Dios. Debemos recordar que este tipo de Estado
fundaba su legitimidad en la idea de que el poder del monarca era de origen
divino. La frase de Luis XIV: “El estado soy yo” ilustra, como pocas, lo que es
el poder absoluto. Quizás el pensador que más fundamentó
teóricamente este tipo de poder haya sido el filósofo inglés Thomas Hobbes
(1588-1679) con su clásico libro El Leviatán: “La base de todas las sociedades
grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua voluntad que los hombres se
tenían, sino en el recíproco temor”