6. Personas adultas mayores
El envejecimiento puede constituir una causa
de vulnerabilidad cuando las personas adultas mayores encuentran dificultades
especiales en sus capacidades funcionales para ejercer plenamente sus derechos.
Desde la segunda mitad del siglo XX, la
esperanza de vida ha aumentado significativamente en la mayoría de los países,
mientras que la tasa de fecundidad experimenta índices cada vez más bajos. Esta
tendencia hace que el fenómeno del envejecimiento poblacional adquiera niveles
de prominencia jamás alcanzados. No obstante, se estima que un porcentaje
significativo de la población mayor está expuesto a la vulneración de sus
derechos.
En ese panorama, el énfasis en la protección
de los derechos de las personas mayores –que no son distintos de otras etapas
de la vida– se orienta a superar las desventajosas situaciones existentes y a
evitar la generación de sistemas que perpetúen las discriminaciones y
segregaciones.
En este sentido, la educación cumple un papel
trascendental, que debería impulsar un mayor conocimiento del envejecimiento y
la vejez, entendida esta última como una etapa evolutiva con sus procesos
normales y patológicos, así como guiar el estudio, la atención y la defensa de
los derechos humanos.
Los estereotipos existentes respecto de la
vejez mediatizan la visión que la población general tiene sobre sus posibles
necesidades, los valores y los beneficios que pueden tanto aportar como recibir
de la sociedad.