Eficacia y eficiencia
representan dos dimensiones del desempeño de una organización. La eficacia con
la que se realizan las acciones de la organización representa una medida del
logro de los objetivos propuestos. La eficiencia hace referencia a la forma en
la cual se emplean los recursos en el accionar organizacional. Es decir, en qué
medida el accionar de la organización cumple con la persecución de las
finalidades establecidas hace referencia a la eficacia de la organización. En
cambio, la eficiencia es una relación de carácter técnico entre los insumos
empleados y los productos obtenidos. La diferencia entre las nociones de
eficacia y eficiencia radica en que en términos de eficiencia el foco de
análisis se concentra en la búsqueda de los medios, los métodos y los procedimientos
a emplear para asegurar la mejor utilización posible de los recursos, es decir,
los estudios de la eficiencia se centran en cuál es la manera de hacer las
cosas para promover el empleo más racional posible de estos recursos
disponibles. Muchas veces se suele
confundir la eficiencia con eficacia, dándoles el
mismo significado a ambas. Pero, en realidad, existe una gran diferencia entre
ser una persona eficiente y una persona eficaz. En los trabajos se suelen
utilizar estos conceptos como un solo significado, cuando en realidad son
completamente diferentes. Existe una gran
diferencia entre ser un empleado eficiente y ser un empleado eficaz. Para
descubrir ello debemos definir cada uno. (Marisol, 2019)