5. Cómo inventar un producto o servicio realmente innovador

5.2. ¿Cómo crear un producto innovador?

1. Hace un estudio de mercado: Un producto innovador es también un reflejo de lo que ocurre a su alrededor, porque una de sus principales características es que, para que se reconozca su espíritu novedoso, es que la gente sepa cómo puede utilizarlo y qué valor le agrega a su trabajo y su vida diaria.
Para concebir una idea que se convierta en un producto o servicio innovador necesitas datos e información que te indiquen qué ocurre en el mercado donde te desarrollas, teniendo en cuenta lo que ya ofreces (si es el caso) y cómo reaccionan tus clientes. Del mismo modo, pon atención a lo que se consume afuera, la manera en que se han transformado ciertas actividades, qué es lo que ahora busca la gente una vez que resolvió un problema.
2. Encontrá oportunidades en el mercado Gracias al estudio de mercado, podrás tener una comprensión más detallada de lo que no habías contemplado antes. En ocasiones, la idea de un producto innovador surge cuando pones atención en un nicho de mercado que tal vez considerabas ajeno o irrelevante.
Del mismo modo, es posible que reconozcas una nueva necesidad o problema en tu público objetivo que, o bien surge a partir de la adopción de una nueva tecnología, herramienta o cambios en su entorno laboral, o es parte de la evolución de su vida. Este es el inicio del aspecto creativo que te ayudará a encontrar cómo innovar.
3. Organizá una lluvia de ideas: Con toda esa información, invita a tus equipos a compartir impresiones o hallazgos que hayan surgido a partir de su contacto con los clientes, proveedores o la misma competencia. Una lluvia de ideas es un ejercicio enriquecedor cuando buscas nuevas ideas, porque da la oportunidad de conocer otros puntos de vista fuera de tu propia imaginación o zona de confort, lo que nutre e impulsa nuevos caminos.
Es importante que en la sesión de lluvia de ideas haya registro de las conclusiones a las que llegan todos los participantes, para que más adelante se pueda hacer un análisis que permita seleccionar lo que resulte más interesante.
4. Seleccioná las ideas basándote en sus ventajas: Retoma lo que consideras más importante de la lluvia de ideas e intenta categorizarlas según las ventajas que encuentres: desde los costes de producción o materia prima hasta el valor que aportarán a tus consumidores. No dejes nada fuera, porque es posible que a partir de ahí encuentres el camino a una solución que cumpla con más de una de estas ventajas.
De ser posible, crea una sencilla escala en la que consideres estos aspectos de cada idea, para que tengas un panorama general de los puntos fuertes de cada una. Así, te será más sencillo dar el siguiente paso.
5. Empatá las ideas elegidas con el público objetivo: Gracias al estudio de mercado, podrás hacer una lista de esas necesidades que tiene el público objetivo, ya sea uno nuevo para tu negocio o el que ya existe.
Compara los beneficios que ya identificaste con lo que busca el público. Si no encuentras una idea que de inmediato se adapte, seguro llegarás a nuevas conclusiones e ideas que sí lo hagan. Lo importante es comprobar qué tan cerca o lejos estás de las necesidades de las personas. Recuerda que no se trata de imponer un producto o servicio, sino de crear eso que hará más fácil una tarea y, por lo tanto, agregará valor a la vida de la gente, permitiéndole concentrarse en otros aspectos que demandan su tiempo y atención.
6. Investiga a tu competencia: En muchas ocasiones creemos descubrir el hilo negro, solo para descubrir inmediatamente que alguien más ya lo había hecho. Aunque es desalentador, descubrir que tu idea ya fue desarrollada tampoco es el fin del mundo. Una de las ventajas de que la competencia ya haya creado un producto innovador, es que te permite verlo desde fuera, como usuario, y encontrar las oportunidades que no se aprovecharon. Ahí entrará tu producto o servicio, su diferenciador y elemento (uno o varios) que harán de tu oferta una innovación.
7. Define las características de tu producto innovador: Ya que conoces el contexto del mercado, lo que buscan tus consumidores, las oportunidades que tu competencia no aprovechó, entonces es posible hacer un listado con esas características que serán parte de tu producto innovador, desde sus materiales hasta sus funciones.
Esta es una etapa que todavía no se acerca a la fase de producción del artículo o creación del servicio, sino que debes considerarla como un plano general que permite conocer:
·       ¿Qué hace el producto?
·       ¿Cuál es la diferencia con aquello que ya existe o por qué es algo totalmente nuevo?
·       ¿Quién lo utilizará con grandes resultados?