En los comienzos del siglo XXI, la sociedad humana se encuentra ante
un complejo panorama, caracterizado por la presencia simultánea de riesgos y
oportunidades para la cultura y la identidad nacional. Los procesos de
globalización en la economía, las tecnologías de la informática y la cultura,
junto a la recurrente crisis económica y financiera, las guerras, los cambios
climáticos y demás procesos contemporáneos son problemas recurrentes de interés
para los estudios de cambios culturales y sociales. ¿Hasta qué punto hay beneficios y perjuicios para la cultura y la
identidad de nuestros pueblos? Las contradicciones entre la dinámica y la conservación de los rasgos
socioculturales de los pueblos y comunidades en cualquier hemisferio del
planeta, cada día se complejiza aún más, los avances tecnológicos permiten un
acelerado proceso de transculturación, posibilitando que la cultura de los
pueblos más atrasados sean absorbidos por otros de mayor desarrollo económico-
social. El dilema es: ¿Qué hacer para conservar las tradiciones
originarias? ¿En qué punto se pueden
contrarrestar los efectos de estos procesos contemporáneos?