El grooming es una forma de acoso online
donde un adulto se hace pasar por un niño o adolescente para ganarse la
confianza de un menor y, eventualmente, abusar de él. Es crucial que estemos
informados y alertas sobre este tipo de conductas para proteger a los más jóvenes.
La educación y la comunicación abierta sobre los peligros en línea son
fundamentales.
Los dispositivos, las plataformas y entornos
digitales se convirtieron en espacios esenciales en la socialización de niños y
adolescentes. Son espacios para el ejercicio de sus derechos, como jugar,
comunicarse, educarse, informarse y participar, entre otros. Pero allí también
pueden encontrarse con algunos riesgos y situaciones que afecten su integridad. Es toda acción por la que una persona adulta
contacta a un niño o adolescente a través de comunicaciones electrónicas,
telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos para
atentar contra su integridad sexual (Ley N°27590). Muchas veces se realiza usando una identidad
falsa y creando un vínculo de confianza, que puede ser difícil de reconocer
como violencia en un primer momento. También puede ser alguien conocido del
círculo íntimo, o un desconocido que no oculte su identidad. Es importante saber que, aunque la violencia
ocurra en forma virtual, el daño que produce es real y es necesario intervenir
para restituir los derechos vulnerados. Desde diciembre de 2013 el Código Penal
establece que el grooming es un delito que puede tener una pena de prisión de 6
meses a 4 años. Además, puede ser la antesala a otros delitos, por ejemplo: ●
Obtener
material de abuso sexual infantil, ya sea para archivar o para difundir o
comercializar en redes de explotación sexual infantil. ●
Generar
encuentros personales con sus víctimas con intenciones de cometer un abuso
sexual físico. Para prevenir y luchar contra este delito
penal, a través de la ley N°27.590 “Mica Ortega" se creó Clic Derechos -
Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o ciberacoso
contra niñas, niños y adolescentes. La Subsecretaría de Políticas Familiares, como
el órgano de aplicación de esta ley, genera estrategias para acompañar a
menores de edad en el uso de las pantallas, prevenir las violencias digitales y
construir junto a toda la comunidad entornos seguros para el desarrollo de su
ciudadanía digital.