2. ROLES Y ESTEREOTIPOS

 

En la sociedad se suelen depositar expectativas distintas en los varones y en las mujeres. Algunas conductas serían esperables solo de varones y otras serían exclusividad de las mujeres. Estas expectativas pasan a formar parte de los estereotipos de género, que asignan de manera diferente, para mujeres y varones, tareas y roles, valoraciones, cuidados del cuerpo, formas de afectividad y vínculos.

 

En nuestra sociedad estos estereotipos no solo implican diferencias de género sino también relaciones de desigualdad entre varones y mujeres, que generalmente se naturalizan, es decir, se perciben como atributos normales e incuestionables. Un ejemplo de estos es el inicio sexual, que suele ser en la adolescencia un suceso de la afirmación de la identidad particularmente para los varones. Para las mujeres las presiones se ejercen de otro modo, muchas veces como una forma de coerción, por actos de violencia, para que el acto sexual se concrete.

 

A menudo, estos estereotipos limitan las oportunidades, comportamientos y expresiones de las personas. Aquí hay algunos ejemplos de estereotipos de género:

 

Es importante destacar que estos estereotipos y roles son construcciones sociales y culturales, y pueden variar según el contexto y la época. Además, pueden ser perjudiciales y limitantes para las personas, ya que no se ajustan a la diversidad de identidades y experiencias humanas.