4. LA AUTONOMÍA ECONÓMICA

4.1.   Educación de las mujeres

 

La desigualdad en la educación de las mujeres es un problema persistente en muchas partes del mundo. Aunque se han logrado avances significativos en la educación de las niñas y las mujeres en las últimas décadas, todavía existen brechas de género en el acceso, la calidad y los resultados educativos.

La educación juega un rol central en la generación de capacidades y contribuye al pleno ejercicio de los derechos de las personas. Se trata, además, de la institución que debe garantizar el derecho de las niñas y niños a recibir contenidos de educación sexual de manera integral. Sin embargo, la educación está permeada por una cultura que, con más o menos arraigo en estructuras patriarcales, genera y reproduce estereotipos de género que dan forma a trayectorias educativas diferentes para niñas y niños.

En la Argentina el acceso a la educación es casi universal en el nivel inicial —salas de 4 y 5 años—  primario. El acceso a la educación presenta, a su vez, menos disparidades entre provincias que otros indicadores de las condiciones de vida. En el nivel secundario comienza a evidenciarse menores niveles de escolaridad a partir de los 15 años, con mayores tasas de abandono entre los hombres y con mejores tasas de terminalidad educativa entre las mujeres de todos los grupos etarios considerados. Sin embargo, estos resultados están supeditados al contexto socioeconómico, el lugar de residencia —según si es urbano o rural y en qué jurisdicción— y su procedencia (indígena, migrante), aspectos que potencian o dificultan las condiciones de aprendizaje de las y los estudiantes (Ministerio de Educación de la Nación, 2020).

 

Hay factores que contribuyen a esta desigualdad. En algunos países, las niñas y las mujeres enfrentan barreras para acceder a la educación debido a factores como la ubicación geográfica, la pobreza, la falta de infraestructura educativa y las normas socioculturales. Por otro lado, la calidad de la educación también puede variar ya que las mujeres pueden enfrentar un entorno educativo menos favorable, con menos recursos y oportunidades para desarrollar habilidades y conocimientos

 

Con respecto a los Estereotipos de género pueden influir en la elección de carreras y oportunidades educativas para las mujeres, limitando su acceso a campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, quedando mayormente destinadas a las mujeres las carreras vinculadas a las acciones de cuidado.

 

Las mujeres pueden enfrentar brechas de género en los resultados educativos, como tasas de graduación, calificaciones y logros académicos, y esto está vinculado también con los roles de cuidado que recaen sobre las mujeres.

 

Por último, podemos concluir que las normas socioculturales y las expectativas de género pueden influir en la educación de las mujeres, limitando sus oportunidades y aspiraciones.