La economía verde es
aquella que respeta el medioambiente e incluso trabaja en su mejora. Por
ejemplo, aquella que apuesta por evitar contaminar donde se cultiva, se pesca y
se come. Por otro lado, la economía circular es la que permite darles a
los recursos un nuevo uso, es decir, minimizar los flujos residuales al
valorizarlos. Así, la economía circular apuesta por reciclar máquinas a través
de piezas y componentes útiles, elaborar fertilizantes orgánicos mediante
compostaje o aprovechar la energía de los restos de la poda. Los términos economía circular y
economía verde hacen referencia, simplemente, al crecimiento de la actividad
humana con un enfoque económico de eficiencia. Estipulan que la economía de
mercado debe ejercerse bajo criterios de contención, de rendimiento y de
reciclaje. Por ello, se busca que los residuos se minimicen e incluso se
transformen en nuevos productos o servicios: los residuos orgánicos en energía,
fertilizantes, nuevos materiales constructivos reciclados… En definitiva, un desarrollo
lógico que formaba parte de los principios básicos del desarrollo humano antes
de la revolución industrial, ya que la Tierra es un espacio finito.
Material extra para que puedan comprender acerca de estos dos
conceptos fundamentales: