Misión: Es habitual encontrar en la bibliografía el empleo
de categorías para referirse al fin de la organización, la más divulgada es la
de misión organizacional. Esta es definida como “el propósito o la razón de
existir de una organización” (Hellriegel y Slocum, 1998). Su formulación suele
incluir elementos que responden a los siguientes interrogantes: • ¿Quiénes
somos? • ¿A qué nos dedicamos? • ¿Cuál es nuestra rama de actividad? • ¿Quiénes
son nuestros clientes o beneficiarios?
Visión: La visión organizacional representa las aspiraciones
a largo plazo que posee la organización, la forma en que ella espera trascender
en su contexto. La visión constituye una imagen futura y deseable a la que la
organización aspira en un horizonte temporal lejano, por eso actúa como guía
del accionar organizacional. En este sentido, es necesario que esta imagen sea
motivadora, que impulse a la acción.
Junto con la misión y la visión, algunas organizaciones
hacen una manifestación explícita de sus valores. Estos pasan a definir el
conjunto de principios, valores y creencias que servirán como marco general del
accionar organizacional constituyendo así una filosofía institucional y de
gestión. La declaración de valores en una organización debe responder a la
pregunta “¿En qué creemos?”, con el objeto de que estos principios actúen como
indicadores generales de los comportamientos considerados como deseables dentro
de la organización y de cuáles no lo son.