1. CIUDADANÍA A TRAVÉS DEL TIEMPO

La Historia de la ciudadanía y los derechos
En la actualidad, los estudios sobre ciudadanía coinciden en que esta no puede ser entendida como una condición estática y definitiva, que se adquiere de una vez y para siempre. Sostienen que, para comprenderla, es necesario contemplar el proceso de construcción social de la ciudadanía ligado al proceso de democratización. 
En este sentido, el sociólogo inglés Thomas H. Marshall, en su libro Ciudadanía  y clase social, analiza la ampliación de la cobertura de la ciudadanía a partir de la adquisición de los derechos civiles, políticos y sociales en un proceso histórico y evolutivo. Desde su perspectiva, se registró una larga y persistente tendencia hacia la expansión de los derechos, producto de luchas sociales y políticas por su reconocimiento y ejercicio efectivo.
El conflicto aparece como característica inherente a nuestras sociedades y como motor del cambio social, y que actúa favoreciendo o impidiendo el acceso de los sujetos a ciertos derechos. En la lucha por le reconocimiento de los derechos, se pone en juego una imagen de ciudadanía ideal que funciona como meta de mayor igualdad. Hacia esa meta se deben orientar las aspiraciones y las acciones para lograr la incorporación de la mayor cantidad de individuos al status de ciudadano. La ampliación de los derechos permite lograr una sociedad más justa y democrática, capaz de limitar los aspectos negativos de la desigualdad económica. 
Marshall clasificó y analizó los derechos en función de sus características, contexto histórico en que se consagraron y ritmo de desarrollo:
  • Los Derechos Civiles se relacionan con los derechos necesarios para la libertad individual tales como la libertad de expresión, de pensamiento y religión, y el derecho a la propiedad. Fueron conquistados por los siglos XVII y XVIII, a partir de la Revolución Gloriosa (1688), en Inglaterra, y sobre todo, de la Revolución Francesa (1789) y de la Independencia de los Estados Unidos.
  • Los Derechos Políticos están compuestos por el derecho a participaren el ejercicio del poder político y de elegir nuestros representantes. La Revolución Francesa también significó un hito de reconocimiento de esta clase de derechos, pero su expansión es propia del siglo XIX, cuando se produjeron las luchas por la conquista del sufragio universal masculino. Tanto los derechos civiles como los derechos políticos, más tarde, se agruparon como derechos de primera generación.
  • Los derechos sociales abarcan todos aquellos derechos que garantizan el goce de un mínimo de bienestar económico y de seguridad. Su desarrollo remite a las reivindicaciones de las organizaciones obreras durante la primera mitad del siglo XX. Esta clase de derechos se suele denominar derechos de segunda generación. 
Hoy se interpreta que la clasificación en generaciones sirve para analizar su evolución desde una perspectiva histórica, pero de ningún modo se debe entender que los ciudadanos adquieren primero unos derechos que otros. Todos los ciudadanos deben gozar de los tres tipos de derechos al mismo tiempo, ya que, los derechos humanos son interdependientes, invisibles y de carácter integral.