1. LA TECNOLOGÍA Y LA COMUNICACIÓN

 

¡Hola a todos!

Espero que se encuentren muy bien y con muchas ganas de comenzar esta segunda semana del módulo 4 del programa Ñemboja-Digital. En esta clase nos adentraremos en un tema apasionante: La tecnología y la comunicación.

A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han marcado el ritmo de cómo nos comunicamos y socializamos. Desde la imprenta hasta las redes sociales, cada nuevo invento ha revolucionado nuestra forma de interactuar con el mundo y entre nosotros. Esta semana exploraremos cómo cada medio masivo de comunicación surgió de un avance tecnológico, desde la prensa gráfica hasta el auge de las redes sociales en la era digital.

Además, aprenderemos a interpretar gráficos estadísticos, una habilidad clave en la comunicación moderna. Saber leer y analizar estos gráficos nos permitirá interactuar mejor con los datos y comprender la información de manera más eficiente.

¡Aprovechemos al máximo esta semana para seguir aprendiendo y creciendo juntos!

LA TECNOLOGÍA Y LA COMUNICACIÓN

Cada medio masivo de comunicación surgió a la par de un avance tecnológico que hizo posible su aparición. Los desarrollos del mundo de la tecnología marcaron el ritmo de la socialización de la información, es decir, de la transmisión de mensajes simultáneos a grupos cada vez mayores de personas.

 Así, podemos pensar en lo fundamental que fue la invención de la imprenta (a mediados del siglo XV) para hacer de la prensa gráfica un medio masivo de comunicación. Antes de la imprenta, las noticias aparecían en hojas sueltas escritas a mano, o eran pronunciadas en voz alta por un pregonero en la plaza principal del pueblo, con lo cual llegaban a un número reducido de personas. Con la imprenta, la comunicación de la información comenzó a ser masiva. El avance tecnológico que hizo posible su aparición fue la máquina artesanal ideada por el alemán Johannes Gutenberg, que consistía en una prensa antigua de uvas (para fabricar vino) con moldes de letras en hierro y madera que servían para imprimir un papel en reiteradas ocasiones sin desgastarse. Estos moldes se llamaron “tipos móviles” porque representaban los “tipos” de letras del abecedario, y se podían mover en la máquina para formar nuevas palabras.


La posibilidad de imprimir una misma hoja un número indefinido de veces de manera sucesiva, produjo una revolución en el mundo occidental a nivel cultural, social, económico y político. Esto se debe a que cada revolución tecnológica trae consigo nuevas necesidades materiales que alteran las relaciones interpersonales de una sociedad. Por ejemplo, una vez difundida la imprenta en Europa, la labor del pregonero que gritaba las noticias y viajaba de comarca en comarca se vio reemplazada por nuevas necesidades como la de conseguir papel para realizar las impresiones y la de vender los libros producidos. El resultado fue la progresiva desaparición del oficio de pregonar, el enriquecimiento de los productores de papel y el surgimiento de un nuevo actor social: el librero. Pero la capacidad de multiplicar los libros se tuvo que enfrentar con la ausencia de un público que supiera leer. Esta situación perjudicaba el negocio de la imprenta. Por eso, uno de los motivos por los que crecieron las escuelas en Europa (del siglo XVI al XIX) fue la presión que ejercieron los libreros para extender su mercado. Así, vemos cómo la decisión política de educar a los ciudadanos tuvo uno de sus orígenes en un factor económico vinculado con una revolución tecnológica: la invención de la imprenta. 


Con respecto al surgimiento de la radio, fueron determinantes los avances ligados al mundo de la electricidad de fines del siglo XIX. La invención del telégrafo y el desarrollo de la telefonía permitieron la aparición de un telégrafo inalámbrico que fue el precursor inmediato de la radio, porque podía transmitir breves mensajes de voz. Luego, las investigaciones sobre el alcance de las ondas electromagnéticas de amplitud modulada (AM) y frecuencia modulada (FM) abrieron el camino para la internacionalización de la radiofonía, que tuvo una de sus primeras aplicaciones durante la Primera Guerra Mundial, en 1914. En esa época, los ejércitos utilizaron estos dispositivos móviles durante los enfrentamientos, para conocer la posición del enemigo y de las unidades aliadas, o para enviar mensajes a los barcos y submarinos desde las bases en tierra. La televisión tuvo que esperar hasta la década del ‘30 del siglo pasado para comenzar a ser difundida de manera masiva. La aparición del iconoscopio (una cámara capaz de proyectar las imágenes del exterior en placas sensibles a la luz partiéndolas, para ello, en miles de fragmentos llamados píxeles) y la evolución de los tubos de luz (blanco y negro, primero, y luego a color) hicieron de la televisión el primer medio audiovisual y, por lo tanto, uno de los más impactantes para el hombre por combinar una imagen dinámica con sonido. Desde sus orígenes, los fabricantes buscaron mejorar continuamente la calidad de la emisión televisiva, y así pasaron de una pesada caja a una delgada pantalla plana que abandonaba el tubo de luz para abrirle camino a la tecnología de led. Solo cabe preguntarnos, ¿Qué habrá más allá del HD?