El éxito va mucho más allá de las habilidades básicas. Si bien son el cimiento sobre el cual se construyen otros aprendizajes, existen otras capacidades y competencias que ...
El éxito va mucho más allá de las habilidades básicas. Si bien son el cimiento sobre el cual se construyen otros aprendizajes, existen otras capacidades y competencias que son igualmente importantes como:
PENSAMIENTO CRÍTICO: La capacidad de analizar información, evaluar argumentos y tomar decisiones fundamentadas es esencial en cualquier ámbito de la vida, y la escuela es el lugar ideal para desarrollarla.
TRABAJO CON OTROS EN COLABORACIÓN. Se trata de ofrecer a los y las estudiantes experiencias en las que el aprender a ser, a saber y a hacer se plantee como una empresa colectiva, basada en el saber convivir. La capacidad de trabajo en colaboración supone reconocer la alteridad y aceptar al otro en tanto otro diferente; receptar las ideas de los demás y exponer las propias implica aprender con otros y de otros. Quienes intervienen en el trabajo con otro en colaboración desarrollan habilidades de liderazgo, comunicación, confianza, toma de decisiones, solución de conflictos y responsabilidad por los resultados. Pero para ello, hay que dar la posibilidad a los y las estudiantes de enfrentar diferentes contextos y situaciones, promoviendo su participación e involucramiento críticos
CREATIVIDAD E INNOVACIÓN: Fomentar la capacidad de generar ideas originales, resolver problemas de manera creativa y adaptarse a nuevas situaciones es crucial para formar ciudadanos activos y capaces de enfrentar los desafíos del futuro.
-Trabajo en equipo y colaboración: Las habilidades sociales y la capacidad de trabajar en grupo son fundamentales para el éxito en cualquier entorno, ya sea académico o laboral.
-RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS: Enseñar a los estudiantes a identificar problemas, analizarlos y encontrar soluciones efectivas es una competencia clave para la vida.
CURIOSIDAD Y ESPÍRITU INDAGADOR: Despertar la curiosidad y fomentar el deseo de aprender de manera autónoma son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes.
COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD. Es la capacidad de comprometerse como ciudadanos y ciudadanas locales y globales, analizar las implicancias de las propias acciones (valores), e intervenir de manera responsable para contribuir al bienestar de uno mismo y de los otros. Involucra el cuidado físico y emocional de sí mismo, y el reconocimiento de las necesidades y posibilidades para la construcción de una experiencia vital, saludable y placentera. Refiere a la responsabilidad por el cuidado de las personas, tanto como de la comunidad, un espacio público, el ambiente, entre otros. Implica asumir una mirada atenta y comprometida con la realidad local y global, y con el presente y las generaciones futuras. Se vincula con la empatía, la apertura a lo diferente, el pensamiento crítico y la comunicación
GESTIÓN Y MONITOREO DEL PROPIO APRENDIZAJE. Implica estar en condiciones de iniciar, organizar y sostener el propio aprendizaje con autonomía creciente, lo cual supone reconocer las necesidades personales de aprendizaje, formular los objetivos que se debe /se requiere / se desea alcanzar, organizar los procesos, identificar y procurarse recursos adecuados y pertinentes, reflexionar, regular y evaluar el aprendizaje, entre otras habilidades. La consideración de esta capacidad demanda tener en cuenta la actividad intelectual (estrategias y procedimientos cognitivos y metacognitivos propios del aprender a aprender), el contexto situacional del aprendizaje (el aula, la escuela, otros ámbitos de aprendizaje), la movilización de componentes subjetivos (deseos, motivaciones…) e intersubjetivos (los vínculos y representaciones). COMPROMISO Y RESPONSABILIDAD. Es la capacidad de comprometerse como ciudadanos y ciudadanas locales y globales, analizar las implicancias de las propias acciones (valores), e intervenir de manera responsable para contribuir al bienestar de uno mismo y de los otros. Involucra el cuidado físico y emocional de sí mismo, y el reconocimiento de las necesidades y posibilidades para la construcción de una experiencia vital, saludable y placentera. Refiere a la responsabilidad por el cuidado de las personas, tanto como de la comunidad, un espacio público, el ambiente, entre otros. Implica asumir una mirada atenta y comprometida con la realidad local y global, y con el presente y las generaciones futuras. Se vincula con la empatía, la apertura a lo diferente, el pensamiento crítico y la comunicación.