Pagar el
mínimo en una tarjeta a veces resulta una necesidad, pero hay que saber que los
intereses que genera son muchos. El primero
surge si no pagás a tiempo. La fecha de vencimiento es importante porque es en
ese ítem donde se acumulan los punitorios que implican el pago fuera de
término. El segundo
son los intereses que corren por el saldo no pagado de la tarjeta. Hay que
recordar que no sólo pagás el interés, sino que también incluís el IVA por
sobre los intereses (un 21 por ciento), y también el seguro de vida, que se
incrementa por el hecho de que tenés más deuda. Es decir que la tarjeta te asegura
que te carga a tasas del 40 o 50 por ciento, pero lo cierto es que ese número
es bastante más elevado, normalmente un 15 por ciento más luego de todos los
cargos. Por lo tanto,
la tarjeta es como un cuchillo: puede usarse como una herramienta útil o como
un arma mortífera. Cuando no se
puede pagar el total, hay que sacarla de la billetera del caballero o la
cartera de la dama, meterla en el cajón de la mesita de luz hasta que esté
totalmente paga y recién después comenzar de nuevo. Es más, vale la pena
averiguar, pero muchas veces conviene ir haciendo pagos antes del siguiente
vencimiento. Si por
ejemplo tenés una deuda con la tarjeta, pagás el resumen el día 20 del mes y
cobrás el sueldo el día 5, no esperes al 20 para pagar: el 6 podés hacer un
pago y, una vez acreditado, los intereses dejarán de correr para el monto
adeudado.