Si la deuda
es grande y sabés que no vas a poder pagarla en los próximos dos vencimientos,
te conviene hacer alguno de estos dos movimientos. El primero es
llamar a la tarjeta y pedir el pago del saldo en cuotas. En este caso
también vas a pagar muchos intereses, pero al menos quedarán fijos; eso
significa que si las tasas suben, como ocurre periódicamente, no te va a
afectar, algo que sí ocurriría si tuvieras saldos debiendo
plata. Lo mejor es que estés seguro de lo que debés. La otra
posibilidad es pedir un préstamo personal a tasa fija a cinco años, cancelar la
tarjeta y quedarte con esa deuda. Esta estrategia es preferible a los saldos de
la tarjeta.