Para evaluar el grado de bienestar de la población mundial, la
Organización de las Naciones Unidas utiliza el Índice de Desarrollo Humano
(IDH). Este índice surge de la combinación de variables económicas y sociales,
como el Producto Bruto Interno (PBI)
por habitante, que indica el total de la riqueza producida en un territorio
durante un año dividido por el número de habitantes de ese territorio. Otras
variables son la esperanza de vida al
nacer, el grado de alfabetización
y el promedio de años de escolarización
que completan los niños y jóvenes. Cuanto más alto es el IDH, mejores son las
condiciones de vida de la población de un lugar determinado. El IDH constituye una herramienta útil para analizar las
desigualdades existentes en la calidad de vida entre los distintos países del
mundo. Expresa el promedio de los niveles de bienestar que alcanzan todos los
sectores sociales de un país.