6. DISEÑAR BIEN EL FORMULARIO

 Además de cuidar la claridad en la forma de realizar las preguntas, debés incluir técnicas para detectar respuestas no válidas.
Tu objetivo. No pretendas medir un montón de variables con un mismo cuestionario. Es mejor centrarte en una y luego realizar otro estudio para testar otras variables. Si hablamos del lanzamiento de una nueva actividad, céntrate en preguntas que te ayuden a detectar si va a funcionar o no.
Las formas. Diseña un cuestionario que tenga coherencia, un orden, un guión muy claro y que esté dividido en apartados. Formula preguntas que no estén sesgadas, que sean neutras y redáctalas con la mayor claridad posible, tanto por su estructura como por el lenguaje utilizado. Esto es fundamental, sobre todo, en los cuestionarios de Internet ya que el potencial cliente tendrá que responderlo solo, sin que nadie le explique las dudas.
Preguntas abiertas y cerradas. Empieza con preguntas lo más abiertas posibles y termina con otras que ya ofrezcan opciones: grado de acuerdo con la pregunta formulada, valoración en una escala de uno a cinco... Si quieres conocer la relevancia de un producto o marca que ya exista en el mercado, no cometas el error de nombrarlo al inicio del cuestionario. Pregunta por el recuerdo espontáneo de productos y marcas sin más.
Preguntas clave: Si quieres testar una idea o un nuevo producto, no debés centrarte solo en preguntas de intención de compra. Introduce otras que sirvan para interpretar si el producto va a tener éxito como, por ejemplo, si les resulta novedoso.
Intenta averiguar el grado de satisfacción del público objetivo con la oferta que exista en el mercado: su percepción del precio, cuánto están dispuestos a pagar por nuestros productos o servicios y qué coste tiene para el usuario cambiar. Ten en cuenta que éste no tiene por qué ser económico, puede ser psicológico: coste en tiempo, cambio de hábitos, etc.
 De conocimiento. Si ya estás en el mercado y quieres aumentar ventas, incluye preguntas para conocer por qué la gente no te compra: no te conoce, no le gusta el producto, es reticente a comprar esa categoría, consideran la marca cara, no la diferencian de la marca de distribución…
Introduce preguntas de control para valorar el grado de sinceridad de las respuestas. Significa que si has preguntado algo, lo vuelvas a hacer un poco más tarde. Un truco que recomiendan los expertos es formular la pregunta al revés. Si has preguntado, en una escala de uno a 10: ¿cuánto te gusta esto, mucho, poco, algo…? Un poco después pregunta: ¿esto te disgusta mucho, poco, nada? Se trata de testar la misma idea, dándole la vuelta. Las preguntas filtro debés introducirlas de forma contada. Utilízalas sólo para las cuestiones en las que creas que los entrevistados pueden no decirte toda la verdad.
Extensión. Los primeros minutos son los fundamentales. Plantea las preguntas relevantes al principio. Ve a tu objetivo desde el principio, porque al final se diluye la atención.
 Por teléfono. La recomendación es no pasar de 10 o 15 minutos. Y en una entrevista personal, nunca más de 25 minutos. Cuanto más alargues el tiempo de entrevista, menos calidad de información más a recibir. Asimismo, los cuestionarios más largos conviene hacerlos online y poner especial atención en el diseño. Debe ser agradable y fácil de contestar. Por ejemplo, podemos poner preguntas con escalas: cómo de satisfecho estás de... y que las respuestas se hagan simplemente moviendo el ratón sobre la barra. Que resulte realmente sencillo y con un diseño ameno. En los cuestionarios online, mide el tiempo de respuesta del entrevistado. Si realizarla lleva cinco minutos, desecha las que se hayan respondido en muchos menos.