3. ENCUENTRO CON LOS IVERSORES. EL COSTO DEL CAPITAL  

1-      ENCUENTRO CON LOS IVERSORES. EL COSTO DEL CAPITAL

 

Es común saltar desordenadamente del inversor al tema objeto de la inversión. Por consiguiente, lo primero que debe trazarse es una clara frontera entre inversor e inversión.

 

EL INVERSOR

 

El inversor adopta la forma personal, ya sea física o jurídica. En el en el primer caso es un ser humano de carne y hueso; en el segundo, un ente jurídico pero en ambos casos los une un atributo común, que es la posibilidad de disponer de fondos. Las compañías holding son típicos ejemplos de persona jurídicas dedicadas a la inversión.

 

LA INVERSIÓN

En cuanto a la inversión, esta puede tomar, bien sea la forma de un emprendimiento productivo directo como ser una sería una flota de camiones, un servicio de agua potable, o bien la forma titularizada (securitización): acciones, títulos, obligaciones negociables. En ambas modalidades se impone la confección de un proyecto de inversión.

 

EL COSTO DEL CAPITAL

 

Queda precisada como una tasa de interés natural libre de riesgos más una determinada sobretasa pretendida por el inversor.

 

EL ENCUENTRO

 

Los proyectos de inversión - podríamos decir - están en la acera de enfrente: son los “candidatos” a la espera de los inversores.

Cada uno de ellos ofrece sus bondades, atractivos, riquezas, peligros, riesgos. Si hubiéramos de encontrar una comparación viviente, diríamos que se asemeja a los sexos: los inversores son los caballeros y los proyectos las damas. Los proyectos procuran seducir, los inversores son los seducidos.

También podríamos decir que se ubican como en las danzas tradicionales de un lado los varones y enfrente de las mujeres. A la postre se producen los casamientos. Pero algunos quedarán sin descendencia, son los consabidos solterones, amarretes y desconfiados que nada les conforma. Sus fondos atesorados quedarán estériles. También otras quedarán solas: son los proyectos que a nadie interesaron por carecer de atractivos o que, teniéndolos, no tuvieron una forma de difusión.

Trazada así la frontera, quedan los actores nítidamente diferenciados. Los proyectos se ofrecen siempre puros, esto quiere decir que sus rendimientos responden, exclusivamente, a sus relaciones de insumo producto.

Los inversores son lo que disponen de fondos propios para iniciar su juego, pero no descartan la posibilidad de encarar proyectos recurriendo parcialmente a la financiación de terceros cuando puedan generarse un efecto de palanca que potencie el rendimiento de sus capitales.