1. LA NACIÓN JURÍDICAMENTE ORGANIZADA
En el proceso de
formación del Estado, que comenzó en 1810, se evidenció gran diversidad de
ideas políticas, traducidas en propuestas también distintas sobre la manera de
organizar la nueva convivencia. Todas ellas coincidían en considerar
imprescindible la creación de normas jurídicas (reglamentos, leyes,
constituciones); sin embargo, el problema siempre consistió en decidir el
contenido de esas normas.
Había que
decidir qué forma política se iba a adoptar (Junta, Triunvirato) cómo se iba a
“dar forma” a ese Estado Nacional que se estaba conformando, luego de haber
logrado la independencia de España. Esta necesidad de organización trajo muchas
luchas internas por el poder. Se disputaban dos posturas, un sistema
centralista o un sistema federal. Finalmente, en 1853, con la sanción de la
Constitución Nacional se logró un consenso, aunque no se logró la aprobación de
Buenos Aires, la que recién se concretó en 1860.

