En mi trabajo como Asesor Pedagógico acompaño de cerca a los directivos en la toma de decisiones respecto de la planificación y aplicación de programas que vienen desde la ...
En mi trabajo como Asesor Pedagógico acompaño de cerca a los directivos en la toma de decisiones respecto de la planificación y aplicación de programas que vienen desde la Dirección del Nivel, pero mayormente comparto tiempo con los docentes y me nutro de sus necesidades, trato de escucharlos para poder pensar en el desarrollo de estrategias de enseñanza y aprendizaje que sean superadoras, que posibiliten cambios positivos en su dia a dia, puesto que las necesidades de los estudiantes son múltiples y cada aula constituye un universo de realidades, los chicos llegan a la escuela con todo lo que acontece en su hogar, mientras que el docente en la vorágine de recorrer varias escuelas, muchas veces por más que intenta una solución a sus situaciones, en ocasiones necesita de otros ojos. El asesoramiento es desde mi punto de vista un acto de escucha activa, donde las dos partes nos colaboramos con información, puesto que nadie conoce más que ellos a ese estudiante con que todas las semanas intenta algo nuevo para que participe en clase o trabaje en la carpeta (por poner solo un ejemplo), muchas veces se toma el tiempo de conocer todo el contexto familiar del estudiante para poder ayudarlo, y eso lleva tiempo. Entonces, creo que mi tarea tiene que ver con saber mirar desde el respeto por el trabajo del otro, cuando hago una observación no la hago buscando el error, sino buscando las fortalezas, y tratando de entender las razones de ser de las actividades que presenta el docente, aunque luego se las pregunte. Ya que no siempre la intencionalidad pedagógica detrás de una actividad o recurso se reconoce con facilidad, hay momentos en los que se preciso dejar que el docente comente lo que pretende lograr.
En relación a los aspectos que priorizo en el asesoramiento a docentes, algunos ya los he dejado entrever en las líneas anteriores. Pero a modo de síntesis cabe resaltar: Propiciar que el/la docente mantenga relaciones interpersonales respetuosas con los estudiantes, para promover la confianza, el respeto y el interés por aprender. Aquí cuando digo respetuosas me refiero a no enseñar desde la imposición del rol, sino que la enseñanza de su materia sea una invitación a descubrir nuevos mundos, que se vean movilizados por aprender algo nuevo e interesante para su vida. Esto requiere de saber gestionar las emociones, muchas veces ocurre que el estudiante no muestra interés por la materia, pero esto no debe hacer que el docente se cierre y lo ignore.
Además, es importante sentirse a gusto con uno mismo, con el lugar de trabajo, no me refiero con ello a la necesidad de una fiesta, sino en mantener un buen diálogo entre colegas, a quienes uno ve todos los días, esto posibilita compartir experiencias y darnos cuenta que no estamos solos en la tarea.
La manera en la que estimulo la reflexión crítica son varias, en primer lugar trato de dar devoluciones en el corto plazo cuando realizo una observación, ya que de este modo el colega tiene una posibilidad de repensar lo acontecido en clase con mayor cantidad de detalles que su memoria le permite; en las jornadas institucionales o reuniones de departamento más que presentarles una formula de como mejorar las cosas, les ofrezco datos cuantitativos de la situación en sus aulas, y les presento preguntas respecto a tipo de actividades que ví en las clases, y sugerencias de mejoras; también aprendí, a que, cuando me consultan algo sobre un estudiante, si bien respondo, habilito una nueva pregunta para que puedan continuar pensando en ello, por ejemplo frente a las razones por las cuales un estudiante no asiste, por qué no estudiaron para un examen, etc.
En lo que respecta al caso 3. El modo en el que Graciela se dispuso para la observación de clases y el diálogo desde lo constructivo con la docente me parece adecuado, oportuno y muy profesional. Destaca por su mirada apreciativa que da alas, no marca el error, sino que se sustenta en la observación reflexiva coincidiendo con lo que plantea la Colega Virginia y predispone a la colaboración para mejorar las prácticas cotidianas.
Hay aspectos en los que coincido: Graciela asumió una posición de acompañamiento sin intervención directa en la clase- que es algo que todo asesor imagina un poco como lo haría- aunque no lo haga, aquí se ve, analizó las dinámicas naturales del aula. El mirar desde afuera es una habilidad que vamos entrenando en el ejercicio, esto le brinda al asesor una perspectiva objetiva de lo que ocurre.
Por otra parte, se puede apreciar el énfasis en lo positivo, siempre se debe comenzar por destacar los puntos fuertes de la clase ayuda, esto ayuda a reducir la ansiedad de la docente, que está esperando la “corrección” y fomenta un ambiente de confianza. Esto motiva y establece un diálogo respetuoso, porque también es cierto, que un docente con 20 años de servicio no responde de la misma manera que lo hace un docente novel, cuando se le brinda una devolución.
Aquí, a su vez se apuesta a generar una reflexión conjunta. Lo cual sólo se logra al plantear preguntas que permitan explorar los objetivos de aprendizaje y los propósitos junto a la docente. Más que ofrecer respuestas o instructivos, en ocasiones los docentes precisan preguntas que habiliten la reflexión después de la práctica y por consiguiente la autocrítica.
En relación a las propuestas concretas, Graciela le ofreció sugerencias que pueden resultar prácticas, entre ellas, la de incorporar recursos complementarios, promover agrupamientos más diversos que atiendan a la heterogeneidad del aula, y que los debates se encuentren mejor estructurados si lo que se pretende es un debate.
Asimismo, ofrece un acompañamiento continuo, no es una visita esporádica al aula lo que se infiere del caso, se refleja que detrás hay una intención de continuar revisando la planificación y los instrumentos de evaluación de manera anticipada para mejorarla, se aspira a un acompañamiento sostenido y planificado.
En otro orden de ideas, cabe mencionar que, si bien Graciela mostró empatía frente al nerviosismo de la docente, podría ahondar en el abordaje desde lo emocional, la contención que puede brindar reconociendo que hay un esfuerzo.
Es cierto que propone soluciones prácticas, pero podría involucrarse un poco más en la co-construcción de alternativas. Otra posibilidad es recabar información de los alumnos, no solamente desde la lectura y revisión de las carpetas que es algo habitual de quien observa una clase, sino que, se podría realizar algún juego de preguntas cortas como una tarjeta de salida que ofrezca un feed back a la docente sobre donde radican las dificultades de su clase y conocer lo que se está haciendo bien para sostenerlo sin abusar de la repetición de los recursos, que a veces lleva a malgastar lo bueno.
Como el trato sostenido por Graciela con la docente es desde el respeto y con argumentos sólidos que tienen fundamento en lo pedagógico no creo que existan cosas por quitar, si tengo la convicción de que no debemos señalar a los docentes más de 4 aspectos a corregir, porque es demasiado para resolverlo, mejorarlo en el corto plazo. Debemos sembrar en el docente la semilla del cambio.
Saludos cordiales.
Diego Torres.